ADIÓS A LOS ANIMALES

 En Costa Rica se acaba de legislar en contra de la exhibición de animales enjaulados en zoológicos, torturados en circos. Algo así como 400 animales de 71 especies de aves, peces, anfibios, reptiles, mamíferos, serán puestos a buen recaudo como se dice. Estamos a favor del respeto al gremio y, además, sostenemos que la medida debería ser adoptada en estos lares boscosos.  No como una imitación ramplona para proteger a los gatos techeros, a los perros que ladran mientras muerden, a los gallinazos que se sacan la madre tratando de limpiar la sucia ciudad. De lo que se trataría es de humanizar la afiebrada vida política. Se debería prohibir que candidatos y partidos tengan apodos y símbolos extraídos del mundo animal antes que profanen toda la escala zoológica.

El gran Aristóteles dijo que el hombre era un animal político. Pero ello no quiere decir que los cuadrúpedos pueden ser utilizados como sobrenombres y símbolos de victoria. Por eso se debería vetar al señor Monasí que se cree la gallina que pone los huevos de oro y saca cada pollito cantando su respectivo pío y pío y auspicia una generación de galponeros, de polleros, de crianderos, como si eso fuera el futuro. El otro candidato que debería cambiar de símbolo es el señor Mera. Su gallo, madrugador o no, no canta ni en velorio, menos en corral ajeno y parece clueco porque a cada rato pierde partidarios. El candidato que agita las alas y canta como en la gallera debería jubilar a ese ineficaz plumífero y poner un símbolo más mediático.  Un saco de yuca, por ejemplo. El otro símbolo que debe desaparecer es ese otorongo rugiente que al abrir las fauces parece bostezar que ya no puede ni matar una mosca pero que insiste en dar una extraña batalla usando sus medios de comunicación, radio y televisión.

El Barón de Cañabrava dijo que la política era un asunto de truhanes. Hay que cambiar esa visión pesimista. Y no se debería aceptar a ningún candidato con apodo de animal y se debe multar a todos aquellos que usan nombres y figuras de animales para arribar al poder. ¿Qué se creen esos abusivos con sus obsesiones por las cuatro patas y por los rabos? ¿Que van a gobernar una granja avícola o cerdera, un estanque de peces o caimanes, un criadero de majaces o huanganas?