Solicitarán nueva necropsia del Hermano
Tres cartas llevan a las autoridades a sospechar de un suicidio. La firma en dichos escritos del Hermano Paul Mc Auley fue corroborada por los peritos grafotécnicos de Lima. Pero los resultados del examen de Carboxihemoglobina revelaron que no tenía “humo” en la sangre, es decir no se descartó que murió antes de quedar carbonizado. Ante estas dos situaciones, la Fiscalía a cargo de la investigación solicitará una nueva necropsia antropológico forense. Esta misma se practicó al niño Elmercito.
A cinco meses del trágico día, las pruebas, testimonios, exámenes, entre otros, reunidos tanto por los agentes del Investigación Criminal de Policía Nacional y del Ministerio Público, incluida la próxima necropsia, cerrarán la investigación sobre la muerte de Mc Auley encontrado en el local de la comunidad estudiantil intercultural “La Salle”, ubicado en la avenida Guardia Republicana del distrito de Belén. La escena significó un reto para los peritos de Criminalística al encontrarlo totalmente “contaminado”.
El Hermano Paul fue captado con vida por las cámaras de videovigilancia en su restaurante favorito donde lo vieron escribir un cuaderno más de lo habitual, que algunos textos fueron reflejados en las cartas escritas a mano y en una computadora. La impresa lleva su rúbrica.
Con los testimonios recogidos, se conoció que el hermano recibió la visita de autoridades religiosas que le comunicaron acerca de una denuncia en su contra. La misma carta dirigida al “público” empieza haciendo referencia a la noticia que lo deja “destrozado” y pone fin “a su misión”. En su carta también pide que se facilite la permanencia en estudios y cuidado de los estudiantes, pero tras su muerte fueron retirándose poco a poco.
“A todos que nos han apoyado en nuestro trabajo les doy mis más sinceros gracias. A mis amigos en Inglaterra que ha confiado en la labor les juro que sus aportes han sido dedicados fielmente al apoyo de los estudiantes en sus estudios. Dejo el balance de los fondos a la disponibilidad de los Hermanos en Iquitos para el apoyo (en lo que da) a los estudiantes
He hecho lo que podía. No creo haber ofendido a nadie intencionalmente. Pido disculpas por cualquier acto o palabra que se hubiera podido recibir como ofensa. Mis mejores amigos saben lo orgulloso que soy. Siempre he sido exigente. Ahora no me parece mal que alguien sea muy exigente conmigo. No le recrimine por favor.
A los miembros de la comunidad estudiantil – les pido seguir adelante: que sean buenos embajadores de una comunidad estudiantil multicultural. Que cambien nuestro mundo en lo que se puede”, reza parte de su escrito.
En su carta no olvidó incluir a sus queridas mascotas “Bobby, Sisi” y “Luna”.