La experta policía del aeropuerto internacional de Miami fue denunciada reiteradas veces por un pasajero peruano que sufrió la suyo ante las reiteradas revisiones, intervenciones y pesquisas del que víctima durante uno de sus viajes de placer. Luego de ser ultrajados en cada lugar que encontraba, fue llevado donde un dentista que le extrajo algunos dientes para que esa policía investigue si tenía metido algo sospechosos en la boca.
Luego de ser sometido a los rayos laser, a inspección de su equipaje, a tocamientos indebidos, sufrió súbita trepanación de la cabeza, porque se había detectado algo extraño en su cerebro. No había de malo en tener neuronas, pero esa policía insistió en llevar varias muestras para una investigación más meticulosa. Cuando recibió la confirmación de que no se trataba de algun tipo de contrabando sino de algo normas, esa policía en vez de retractarse, pedir disculpar y pagar un billete como indemnización, optó por revisar la casa del viajero.
No encontró nada sospechoso esa policía pero insistió en investigar a fondo a ese peruano que creía que la comida de su país era la mejor del mundo. El escándalo estalló, pues el cocinero presentó una denuncia ante el estado de La Florida por daños y graves perjuicios a su cuerpo y a su vida. ¿Qué tamaño, que estatura, tiene ese cuerpo de policías abusivos que frecuentemente se quedan con algo, alguna pertenencia, de los desconcertados pasajeros?