[Escrito por: Moisés Panduro Coral].
Los políticos se exponen a todo, por supuesto, pero lo que se dice de Alan, ya raya en la fábula. Algunos se esfuerzan en encontrar el más mínimo error conceptual o de perspectiva en sus abundantes declaraciones públicas y discursos, y es probable que ese error trivial buscado exista, y si no existe, igual se le prenderán del cuello y le intentarán llevarlo al tabladillo del paroxismo chacotero, olvidando que los seres humanos no somos infalibles y que, antes bien, errar es el paso inicial para corregir, y corregir es el paso precedente para ser mejor. Sin embargo, no es de éstas chanzas de las que quiero ocuparme ahora, sino de los dichos que se le ha puesto en la boca que de tanto ser repetidas pareciera que son efectivamente reales y no invenciones de sus adversarios, o en el mejor de los casos, malos entendidos o escuchas fuera de contexto.
“Los indígenas son ciudadanos de segunda clase”, por ejemplo, es una de las frases más manidas que se le atribuye a Alan. Tengo el video de ese discurso y luego de escucharlo un montón de veces, puedo afirmar con total certeza que en ninguna parte, ni siquiera por asomo, Alan dice una barbaridad como ésa. Exactamente, -refiriéndose a quienes azuzaban tomas de carreteras utilizando las justas demandas de los indígenas-, Alan dice: “O creen ellos que nosotros (se incluye) somos ciudadanos de segunda clase”, entendiéndose de que el “ellos” son aquellos que se irrogaban la facultad de restringir el derecho al libre tránsito de los ciudadanos y que actuaban con ese hálito exclusor por que se creían de primera clase; mientras que el “nosotros” es el todos, ciudadanos sin distinción alguna que somos la prioridad o el fin supremo del Estado y de la sociedad, según la expresión constitucional. ¿Ya ven como lo dicho por Alan ha sido tergiversada burdamente?, pero hay gente que le sigue endilgando la frase una y otra vez como si fuera cierta.
Otra frase que se la imputa a Alan es: “la plata llega sola”. ¿Hay un audio, una declaración, un video o testigos que puedan confirmar que efectivamente Alan dijo eso?. No, no la hay, por que sencillamente ése es un embuste tan pedestre, pero tan pedestre de un señor llamado Jaime Bayly a quien un día se le ocurrió escribir y publicar lo que supuestamente le dijo Alan. Es sorprendente el valor y la credibilidad que los oponentes a Alan le asignan a lo que dice Bayly, un escritor farandulero que no tiene escrúpulos para injuriar ni a su madre ni a su padre, ni a su esposa ni a sus hijas, menos a sus amigos y enemigos haciendo uso del ludribio y el ultraje en sus artículos y narraciones. Y la befa de Bayly es coreada una y otra vez siguiendo la conocida fórmula chismográfica: “me han dicho un dicho que dicen que Alan lo ha dicho”.
Los adversarios de Alan, muchos de ellos auténticos perros del hortelano dicen de él que es “el perro del hortelano”. Alan escribió en 2008 un par de artículos en el que ponía en debate un conjunto de temas que hasta entonces eran catalogados de tabúes en el lenguaje político, entre ellos, la puesta en valor de las aguas, los suelos, los bosques y el subsuelo. Podemos estar de acuerdo o no con las ideas de Alan, es más, yo mismo he cuestionado ciertos proyectos de ley surgidos de ese enfoque, pero lo que no podemos negar es que a partir de allí, por fin, empezamos a considerar otras formas de mirar el panorama del desarrollo y la justicia social. Precisamente, en sus artículos, Alan llama la atención a quienes todavía comulgaban con ese fariseico carácter de un sector de la sociedad peruana: “no comer ni dejar comer”, que es casi lo mismo que “no hacer, ni dejar hacer”, “no trabajar, ni dejar trabajar”, “no progresar, ni dejar progresar”. Esa mentalidad de “perro del hortelano” fue duramente criticada por Alan, por lo tanto, el no puede ser el perro del hortelano que dicen sus contrarios. Antes bien, los perros del hortelano son los que quisieran que el Perú siga sumergido en el medioevo del desarrollo para seguir lucrando con la pobreza de la gente.
“…los pueblos tengan los gobiernos que se merecen, sino que la gente tiene los gobernantes que se le parecen”.
«Pueblo que soporta a un tirano, lo merece».
«No me defiendas compadre»El despreciable aprista Garcia es lo que es por obra y gracia de su misma boca.El corrupto que exige pruebas de sus fechorias es tan culpable como el mas vil criminal.Asi,aunque digas que no es cierto lo que se dice de tu jefe,la realidad es que no son mentiras.Todos sabemos que defiendes a tu jefe Garcia por dependencia politica,por que quieres continuidad y asi,sin merecerlo,te asocias con un corrupto que es un profesional explotador de los pobres del Peru.Que tanto dicen los apristas que hicieron por el pais cuando en realidad somos ultimos en educacion.Y la pobreza va por el mismo camino.El Apra es mas importante que el pais?.Vaya doctrina. Uno de sus principios es el enriquecimiento peronal.Mira la riqueza personal de Garcia para decirnos que eso tambien es falso?Pobres ilusos Uds los apristas!
Mi amigo Moises es más alanista que Alan
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