Muestra fotográfica en Yurimaguas:
HOMENAJE A LOS TRANSFORMADORES DEL CAUCHO
En el auditorio de Radio Televisión Oriente de Yurimaguas, cerca al paso del Huallaga, la muestra fotográfica “Imágenes de una época”, comenzó a mostrarse a la Amazonia después de recorrer algunos lugares de la tierra, Madrid, Valladolid, Trujillo de Extremadura, Lima, La Habana. Ningún lugar mejor para iniciar otra jornada, el recorrido local, mostrando algo sobre una época que debe ser conocida en toda su grandeza y su miseria. Porque el nombre de esa urbe selvática, de una u otra manera, recuerda a los arianos, palabra con se conocían los Omagua. Ellos fueron los grandes transformadores de la goma antes de que pasara a otras manos y otras ambiciones que cambiaron la historia de la humanida.
El misionero Pablo Maroni fue el primer occidental que describió la tecnología que utilizaban los Omagua para transformar el caucho. Escribió que esos oriundos hacían los cortes en los árboles, recogían el látex en recipientes, luego lo recogido lo sometían a los rayos del sol para que perdiera agua y para que adquiriera una consistencia de cuero maleable, lo sometían la fuego, lo ponían en moldes previamente hechos de arena y barro para sacar los objetos que querían; pelotas, botellas y la tapotarana, el objeto más acabado que produjo la creatividad indígena. Esa modalidad de extracción parece común y casi nadie menciona su filiación indígena. Esa técnica fue utilizada después por los caucheros. No pagaron un solo centavo por esa patente. Les salió gratis aprovechar un recurso del bosque.
El estreno de la muestra fotográfica en la Perla del Huallaga fue, en el fondo, un callado homenaje a esos moradores ancestrales que tantos estudiosos mencionan de pasada, sin darles la importancia que tuvieron en la verdadera biografía del caucho, que no comienza con la extracción de los otros, de los advenedizos. Comienza en la inventiva de los oriundos. Las fotos tomadas hace más de un siglo por Silvino Santos no muestran a ninguna Omagua, pero muestran a los indígenas que sobrevivieron a la barbarie. Es decir, el dominio sobre el caucho de esos moradores del ayer selvático sirvió para el mal, para la codicia ajena, para la pesadilla del aniquilamiento.
Entre los objetivos de esa muestra fotográfica, de todas maneras, late la ilusión de que hoy no se repita el despojo del conocimiento, de tecnologías, de saberes, de sabidurías de nadie. Ni de indígenas ni de mestizos. Tampoco que se repita la barbarie para obtener alguna ganancia. Pero para que ello sea eficaz hay que tener la conciencia de que la historia puede volver. Y esas fotos, en blanco y negro, nos pueden ayudar a estar alertas, vigilantes, para que no ocurra de nuevo el despojo y el crimen.
Y el escritorazo Percy vilchez hace buen plan de viajes con las fotos del caucho.
Sabrá que el cuacho, por un proceso de vulcanización puede ser transformado en llantas? O que por un proceso químico se puede obtener combustible y hasta productos lácteos?. Hasta allá habrá llegado la investihgación que al parecer solo se queda en las fotos de una época terrible para los indígenas?
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