Gracias al Altísimo…

Ahora que ha pasado la época de recogimiento, voy a pecar de hipócrita y falso, de mentiroso y reflexivo, de sádico y petulante, de promiscuo y verboso. Quiero darle gracias a Dios por la vida y darle las gracias a nuestras autoridades que espero que en esta semana que ha pasado hayan sido capaces de reflexionar y se pongan la mano al pecho y analicen cada una de las frases que voy a verter.

Primero quiero darle gracias a Dios como ya dije, por darnos el mundo para maltratarlo cada día más, de una manera desenfrenada. Por hacernos cada día más pecadores, irresponsables, con la vida y con nosotros mismos; por atentar contra los demás sin importarnos algún castigo terrenal o Divino, por no pensar en el prójimo y ser testigos de una manera irracional y salvaje la muerte de miles de niños en todo el mundo… Gracias.

Gracias a la señora Arquitecta Adela Jiménez Mera, alcaldesa de Maynas, por estar siempre preocupada por el rostro de su propia conciencia, antes que dedicarse a los compromisos con su pueblo; por buscar en la gestión,  en tan poco tiempo, mejorar sus condiciones de vida y su posición social. Por hacer que las calles sigan siendo un mal recuerdo de las calles de antaño, por su inactividad y su falta de decisión. Gracias por estar preocupada por su aspecto  físico (posero; nunca he visto una alcaldesa sexi) y no por su compromiso profesional y político.

Gracias por darnos un presidente regional que está malogrando cada día más nuestra desaliñada ciudad; gracias por su compostura preocupante y por comportarse de una manera pilatesca, neroniana y cleopatresca; te agradezco que nos hayas castigado con esa autoridad tan corrupta, vil y desalmada porque somos la población los culpables directos de castigarnos con esas designaciones, gracias a nuestra pobre conciencia y nuestra aún más pobre capacidad de análisis al momento de elegir. Gracias por el entubado que no va a servir ni a Ti ni a tu Enemigo, y sólo va a servir para que inunde la ciudad cada que llueve, solo a la lluvia para que se vanaglorie con su caudal torrentoso que perjudica a los humildes.

Gracias por tener autoridades con actitudes matonescas y marmanshas; huarmishcas y racanshas. Gracias por las calles huecas, por la inseguridad ciudadana; porque los inhumanos nos toman por asalto cada día con más naturalidad y espontaneidad. Gracias porque cada día más mujeres siguen siendo violentadas y maltratadas con la calidad doméstica de sus agresores.

Gracias porque en esta ciudad cada día un riñón cuesta más mantenerlo en buen estado de conservación; gracias porque los motocarristas siguen siendo pendejos, conchudos,  groseros e irresponsables (y los borrachos también); porque los alumnos estudian cada día menos y los maestros tienen menos derechos, los políticos engañan más y la población entrecomillas más les cree; gracias porque los conductores y peatones cada momento que pasa nos volvemos más imprudentes; gracias porque las chibolas piensan más en hombres maduros con plata que trabajar y estudiar, porque nuestras madres se están olvidando de criar a sus hijos por estar en los tragamonedas o en cualquier otro vicio, tal como un macho cualquiera, porque los padres isleños prefieren pagar parrilladas y comprar chelas en lugar de comprar libros o cultura para sus hijos.

Hay tanto que agradecer para dejar de hacer y reflexionar positivamente.

Gracias por los tubos que inundan las calles, menos el jirón donde vive el presidente de la región, por el poco ornato que ahora tiene nuestra ciudad a causa de la tragedia política que vivimos. Un agradecimiento especial (no te molestes Paco) por el Complejo, el Pardo, el Partenón, los carnavales, la fiesta de San Juan donde todos duermen embebidos de licor todo el día, las fiestas religiosas que se volvieron comerciales e interesadas, gracias por lo que no celebramos (y lo debemos hacer), porque cada vez más gente cree menos en Ti, por los políticos mentirosos, los policías ladrones y coimeros, (por los corruptos) por la música plagiada, porque los niños comen menos y muren más; porque la creciente todos los años despoja a la población de Belén de sus viviendas sin que sus autoridades elaboren un plan serio de reubicación y reurbanización de la población de sus sector; porque cada día son más los alumnos y alumnas “diferentes” que son aceptados en las escuelas, porque cada día se reduce la edad materna en las niñas de nuestra ciudad y los varones cada día más irresponsables y desgraciados con ellas.

Como verá Señor, sigo siendo hipócrita a pesar de mi sinceridad. En realidad tengo mucho que reflexionar como humano. Ahora que hay nuevo Papa  y es latino, con mucha mayor razón, cómo me gustaría que la Gran Nación Cristiana se unificara porque lo necesitamos: el Planeta necesita que los que  siguen a Cristo como eje de su pensamiento ideológico dejen la mezquindad y la codicia material y se re humanice. No es posible que la codicia de unos vuelva tercos a otros. No es sensato que la ambición de unos cuantos sean la tumba de la mayoría: niños de hambre y sed en África entera, niñas castradas en la India, sociedades salvajes en Colombia, inescrupulosas en México y tercas en Centroamérica, son los verdugos de miles de inocentes; muerte y destrucción material, ideológica y social en la Franja de Gaza, etcétera. Padre, puedo enumerar tantas ausencias y faltas para reflexionar que no cabría en esta página. Pero te doy gracias por todo lo que escribí de manera hipócrita y franca.

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