Estambul, Tánger e Iquitos ¿Qué tienen en común?
Estas tres ciudades tan distantes geográfica y mentalmente tienen un rasgo en común aunque ustedes no lo crean. Claro, hay que juzgarlas con las escalas cartográficas respectivas si no caeremos un serio defecto topográfico que invalidaría la comparación. Durante mi estancia en las tres ciudades lo que más saltaba a primera vista era la nostalgia por el tiempo pasado, este fue deslumbrante; se hablaba muchos idiomas en un metro cuadrado, muchas personas de diferentes partes del mundo pisando la ciudad, del cosmopolitismo que se disfrutaba en esa época dorada. Esta evocación es una constante y está latente en las mentalidades de sus pobladores. En el caso de Estambul por el vigoroso Imperio Otomano, buena cuenta de ese océano de nostalgia y sombras lo encontramos en el libro de Orhan Pamuk, “Estambul. Ciudad y recuerdos”, estupendo libro. En el caso de Tánger por el pasado de ser una ciudad internacional en la cual se convivía culturas y religiones [árabes, judíos y cristianos], los cuentos y novelas de Bowles pueden dar testimonio; y en el caso de Iquitos de su excelso pasado cauchero que esconde la sangría ocurrida en el Putumayo, que en las mesas eran prodigadas por productos extranjeros, que era más fácil ir a Liverpool que a Lima; se importaban losetas portuguesas; hoy lamentablemente Iquitos ha perdido el norte como urbe si alguna vez lo tuvo, y tiene la asignatura pendiente de escribirse una novela sobre la ciudad. Me sorprendía esa sacralización obsesiva a ese pasado en las tres ciudades. Tanta era la morriña que muchas veces se niega el presente difícil y también el futuro. Es una música o canción melancólica que está latente cuando recorres estas ciudades. A mí particularmente no me gusta señalar que el tiempo pasado fue mejor, tiene una fuerte connotación conservadora y, por que no, congeladora. Me parece que hay que vivir los retos del presente, el pasado importa pero no podemos vivir de esa larga sombra. Nos enredamos. Además que en el hoy y mañana están los retos.