Al espectador juicioso

Por Miguel DONAYRE PINEDO

Una de las fotografías que se muestran en exposición

Hoy se  inaugura la exposición fotográfica: “La Amazonía peruana y el caucho: imágenes de una época”, en la Cátedra de Estudios Amazónicos del Estudio Teológico Agustiniano en Valladolid – España. Además, el literato Miguel Donayre expondrá brevemente su novela: «El insomnio del perezoso», ambientada en el periodo cauchero de la Amazonía peruana. Donayre comparte en esta edición lo que será su disertación durante su presentación en esta actividad cultural.

Buenas tardes, a todos y todas.

Primero, agradecer a la Embajada de Perú, por el apoyo mancomunado en la muestra fotográfica de hoy.

Asimismo, nuestro reconocimiento al Padre Eugenio Alonso, Director de la Cátedra de Estudios Amazónicos para que este proyecto sea posible y por “nuestros lazos atávicos” con la Amazonía.

Además, el reconocimiento y agradecimiento al Alcalde de Valladolid y al Rector de la Universidad de Valladolid como los auspiciadores de este evento.

Es un halago que esta muestra de imágenes se presente bajo el cobijo del Museo Oriental y en la ciudad de Valladolid de tantos ecos en nuestra historia común y diferenciada, patria literaria donde vivió Miguel de Cervantes y cuna de Miguel Delibes, gran escritor vallisoletano.

Las fotografías que se muestran hoy, tienen un largo y sinuoso periplo desde la floresta a las tierras de Castilla con una escala previa en Madrid. El director de la Editorial Tierra Nueva, Jaime Vásquez y el escritor Percy Vílchez cuando husmearon este archivo fotográfico se dieron con una grata sorpresa. Eran imágenes de indígenas del periodo cauchero en las estancias donde se extrajeron la goma u oro blanco, como la llamaban al caucho. Sobre este período no existía suficiente documentación gráfica y este archivo daba esa posibilidad de explorar la memoria visual de esos años.

Señalar que la extracción cauchera en la Amazonía nos introdujo en la globalización económica de entonces. La resina extraída entre otros usos servía para la fabricación de las ruedas de los coches del norte económico. Pero esta introducción a la economía mundial produjo ansiedad y codicia entre los empresarios caucheros y como consecuencia, la deforestación del bosque amazónico y la sangrienta explotación de mano de obra indígena.

A raíz de las denuncias de tratos inhumanos a indígenas en el Putumayo, Perú, se produjo, paralelamente, una guerra de imágenes. Ante la denuncia de los vejámenes a indígenas Uitoto, Boorá, Secoya se mostraron las imágenes de personas salvajemente torturadas y golpeadas que tuvo un serio impacto en la sociedad británica que para tales efectos se comisionó a Roger Casement para la elaboración de un informe sobre el tema. Recuérdese que la empresa gomera anglo- peruana de Julio César Arana contaba con socios británicos y por eso la intromisión del famoso Comisionado irlandés que venía del Congo.

El famoso cauchero Arana, quien tuvo mucho poder en la Amazonía nor- oriental de Perú, ante esas imágenes que ponían en cuestión a su empresa, contó con los servicios de Silvino Santos – fotógrafo y cineasta luso- brasileño, quién le acompaño en un tour por las estancias donde se extraían esta materia prima. El propósito del viaje de Santos era mostrar una cara distinta a esas espinosas fotografías de las denuncias de esta explotación y son las que tenemos en esta muestra.

Subrayar que el fotógrafo Silvino Santos vivió en Manaos hasta 1970, año que fallece. Era casado con una sobrina del cauchero Arana. Hizo el documental No Paiz das Amazonas. Se cuenta que filmó imagenes en las estradas caucheras, pero que lamentablemente yacen en el fondo del mar. En 1997 el cineasta brasileño Aurélio Michilis hizo una película sobre él titulada, El cineasta de la selva.

Añadir que ninguna imagen fotográfica es inocente. Estas tienen intencionalidad. La intencionalidad la pone quien dispara con el objetivo de la cámara. Y esa dirección se muestra claramente en las imágenes que ustedes podrán verlas. Aquí el propósito es presentar la armonía entre el indígena y el cauchero. La afinidad de intereses. No existe disputas, esas son leyendas negras. Hay fotografías para todas las emociones como las maternales de mujeres con sus hijos, la candidez de niños y niñas indígenas, visitas pacíficas de caucheros, fraternales fiestas comunales, entre otras. No era el lugar del espanto como se decía en las crónicas periodísticas. El propósito era presentar al salvaje de plumas y flechas que no se queja, ni reclama, es dócil y en mansedumbre. Aquí no se muestran cuerpos torturados, cepos, látigos como se mostraban en el libro del valiente juez Carlos Valcárcel quien investigó judicialmente estos luctuosos hechos.

La idea es instar a quien mira estas fotografías a hacerlo desde el ángulo del espectador juicioso –impronta de la filósofa Marta Nussbaum, en el sentido de observar con emoción y esforzarse en mirar en sentido contrario al mensaje de las fotos. Así se puede obtener una lectura más ponderada de estas imágenes.

Estas fotografías y otras del período cauchero me espolearon para escribir la trilogía gomera “El insomnio del perezoso”. En “Estanque de ranas”, es la voz de uno de los indígenas racionales quien desmenuza su experiencia en esas estancias del miedo. En “Archipiélago de sierpes”, un bisoño periodista escudriña las tripas de una ciudad amnésica empalagada de nostalgia bufa y en “El búho de Queen Gardens Street”, son las andanzas y fatigas detrás de un indígena Uitoto que fue secuestrado de la floresta a Londres para que estudie en Oxford. La trilogía es un retablo del dolor de esa parte de Perú.

Finalmente, agradecer a todos y todas que han venido esta noche a conocer una parte de la historia del trópico húmedo, muchas gracias.