EL PERFIL DISUASIVO

Los recientes sucesos de La Parada, célebre lugar ubicado en La Victoria de Lima, revelan, por un lado, que la violencia sigue habitando en algunos sectores de la  sociedad peruana, como si las lecciones de la cruel y cruenta guerra desatada por las lerdas hordas de Sendero Luminoso no hubieran servido para nada. Los incontables muertos, los desaparecidos, los pueblos desplazados, las victimas que sobrevivieron, no parecen servir de nada a los intransigentes y autoritarios que creen que a los otros hay que aniquilarlos.  Todavía quedan los que consideran que las cosas, las diferencias,  se solucionan a la mala, sin conversación, sin acuerdos. Ese no es el país que queremos como un lugar habitable. Ese es el país que debe desaparecer.

El desalojo de La Parada, por otra parte, evidencia que una acción de desalojo, una medida de cualquiera de los poderes vigentes,  no requiere de la violencia acostumbrada, de la cachiporra o de la balas, sino de la persuasión, de lo disuasivo. Luego del error de entrada de poner a la policía montada para que se hiciera cumplir la ley, la presencia de algo así como cinco mil uniformados fue suficiente para que no ocurrieran más hechos lamentables. El número de efectivos fue más que suficiente. Esa experiencia nos podría servir a nivel local.

¿Cuántas cosas dejan de hacer nuestras dignas autoridades por no chocar con ciertos sectores donde hay votos de por medio? ¿Cuántas medidas quedan en simples deseos por temor a que ocurran hechos lamentables?  Un ejemplo. La cuestión del ruido se podría solucionar en un dos por tres. Bastaría la acción decidida sin el abuso, sin el golpe, sin la pistola. Disuadir antes que imponer, desbaratar la violencia ajena sin caer en la trampa de la venganza, ha resultado más importante, más humano que el ejercicio de la violencia de siempre desde el poder.

1 COMENTARIO

  1. Una decision radical para un cambio necesario. Si hubo negociaciones, hubo conversaciones previas, esto se venia postergando desde hace varios mandatos…no digan que no se sabia nada. Si no se hacia ahora, entonces, ¿Cuando?…Los limeños venian pidiendo a gritos esto desde hace tiempo, ademas, ¿sabia Ud. Sr. Periodista que los maleantes cobraban cupo en la parada para que los camiones pudieran descargar su mercaderia?…¿Sabia que estos mismos asaltantes cobraban cupos a los vendedores a cambio de «proteccion»?…¿Cree Ud. que este era un mercado que una ciudad, llamada «moderna», se merecia?….LA DECISION FUE RADICAL, PERO EL CAMBIO NECESARIO…

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