Cocina por el arte

– El loretano Luis Arévalo Navarro del restaurante Nikkei 225 de Madrid nos cuenta parte de su vida:

Quiso incursionar en el arte y terminó en la cocina

Como todo loretano Luis mantiene los recuerdos de su vida en su tierra: extraño mucho el mercado de Belén y mi patarashca, el aroma de la hoja de bijao es maravilloso, ese sabor que se impregna en el pescado cuando lo envuelve. Recuerdo del barrio nuestras palomilladas, las travesuras que hacíamos a los vecinos, esas amanecidas en la plazuela de la gruta dela Plaza 28, éramos muy felices. Y como no íbamos a ser felices si nos bebíamos todo el aguardiente habido y por haber. Grandes amigos la verdad

Entrevista: Jorge Carrillo Rojas.

coquicarrillo@yahoo.com

Solo basta leer esta entrevista realizada por internet para saber que los sueños se pueden cumplir y que nada es imposible cuando se trata de alcanzar las metas. Luis Arévalo Navarro es uno de los socios propietarios del reconocido restaurante madrileño: Nikkei 225. Lucho como lo tratan sus amigos nos cuenta parte de la experiencia de adolescente cuando atendió en un bar a todo tipo de gente y que hoy se da el gusto de ofrecer lo mejor de su platos a personalidades del mundo.

Pocos saben que tú pasaste una etapa de tu vida atendiendo en un bar que fue famoso por su rocola. ¿Qué experiencia te dejó esa parte de tu vida?

Dudo que sean pocos los que conozcan de aquella etapa de mi vida. El bar aquel estaba en la casa donde nací, era feliz allí, estar con mis hermanos era lo mejor. Como experiencia muchas. Aprendí a trabajar, a ganarme el pan. Aprendí lo que era tener no una, sino varias responsabilidades. Conocí a mucha gente gracias a ese bar, de todo tipo por cierto.

¿Por qué decidiste dejar Iquitos y a dónde enrumbaste inicialmente?

Era necesario irme, ya no estaba haciendo nada por nadie ni por mí. Sentía en mi interior que mi futuro no estaba en Iquitos, había dejado dos carreras universitarias a medias y tenía que buscarme la vida. No tenía nada, solo ganas de salir adelante como sea. Mi primer destino fue Pucallpa, llegué con 25 soles de los de esa época en los bolsillos.

¿Cuándo eras colegial y luego adolescente te imaginabas ser un chef?

Nunca. Soñaba con ser comunicador, hacía teatro, cantaba, todo lo que tuviese que ver con expresar emociones era lo que me gustaba. En casa habían libros de cocina y solía coger recetas para prepararlas en un día especial, eso sí me gustaba, mi familia y amigos los alentaban pero nunca pensé que terminaría de cocinero y mucho más si tenemos en cuenta que hace unos años casi no habían cocineros hombres.

Esa famosa frase: nadie es profeta en su tierra. ¿Tú consideras que es así o quizá algunos deben salir de su lugar de ambiente para descubrir ese talento escondido?

Conozco mucha gente a la que le va fenomenal en su propia tierra y ejemplos hay por miles. Es cuestión de que uno sea el que busque su propio destino. En mi caso no encontré en Iquitos lo que buscaba, pero es que en el fondo realmente no sabía lo que buscaba. Luego de hacer mil cosas encontré mi camino, y ese camino me ha llevado adonde estoy. El destino no viene a donde está uno, es uno mismo quien tiene que ir a por él.

Eres un chef reconocido. Estuviste en Mistura el año 2011, te sirvió de mucho esa experiencia

Me encanto volver a mi país por una puerta tan importante como Mistura, fue una experiencia personal con la cual disfruté mucho. Me encantó que mediante la invitación se reconociera el trabajo que estoy haciendo tan lejos, por dar a conocer toda la riqueza que encierra la cocina de nuestro país. Fue realmente increíble.

Ingresar a España con el restaurante Nikkei 225 lo tuviste en mente o fue algo que se dio en forma espontanea

Antes de Nikkei 225 trabajé en otros restaurantes, dos de los cuales tuve el gusto de abrir. Pero hay que reconocer que cuando uno trabaja para otros se debe seguir las directrices que ellos te manden. De esa forma me sentía limitado y sin poder expresar realmente lo que quería. Así, con Lai Rueda, uno de mis socios y actual Director del restaurant ideamos este proyecto, luego conectamos con un tercer socio y redondeamos la idea. En un principio pensábamos en una barra de sushi, para no más de 12 personas. Pero luego decidimos apostar por algo más grande. Pero déjame decirte que cada paso que he dado desde que me fui de Iquitos ha sido pensado mil veces. Siempre fui soñador, creí siempre en mis sueños y con tanta fe he podido ir cumpliéndolos todos.

Hace poco ofreciste una cena a una importante delegación

Esta cena la dimos hace una semana en el Basque Culinary Center en San Sebastián, en el País Vasco. Había todo tipo de público, gente vinculada al cine, a la gastronomía, la política, etc. Fue un triunfo para nuestra cocina y una satisfacción personal enorme. Por el restaurant ha pasado mucha gente importante: príncipes, actores, grandes diseñadores de moda, expresidentes, aunque intentamos que el trato para todos los clientes sea el mismo. Al final lo que todos quieren es comer o cenar tranquilamente, su imagen pública no cruza la puerta del restaurant, pero da mucho gusto que elijan tu casa.

Tuviste la suerte de atender a quien hoy es presidente del Congreso, Víctor Isla. Sé que no te gusta la política pero qué esperas de un loretano en un cargo tan importante

Como loretano espero mucho. La ciudad tiene que crecer pero no demográficamente. Es necesario cuidar el ornato, mejorar el sistema educativo, dar más apoyo a los pueblos ribereños, construir complejos polideportivos pero de verdad, no es su función pero algo puede hacer. El señor Isla está en una posición privilegiada actualmente y puede hacer mucho.

Has pensado en la fusión en tu gastronomía con productos regionales de Iquitos

Estoy en ello, justo he contactado con Rubén Arévalo para ver la posibilidad de empezar a trabajar con productos amazónicos, es uno de mis grandes sueños y seguro que vamos a conseguirlo si todo se da bien. Es una idea que tengo en la cabeza desde hace mucho tiempo. Sería un gran trampolín para lanzar nuestra biodiversidad amazónica en Europa.

Piensas en algún momento volver a Iquitos a replicar tu experiencia en España

Debo ser sincero y la verdad que no. Mi vida está aquí, soy muy feliz en Madrid. Me gusta ir todos los años a Perú, a Iquitos a ver a mi familia, a los amigos pero no me veo viviendo nuevamente allá. Aunque quién sabe, pero por ahora no me lo he planteado, lo que sí siempre estaré dispuesto es a colaborar en todo lo que sea necesario.