Por un Perú Verde y desarrollado

Durante mucho tiempo, un sector del Perú oficial, inconscientemente, ha percibido a la Amazonía como un espacio exótico, raro. En medio de ello, y a la luz de ideas bastante polémicas o erróneas, se la ha visto como un espacio para la extracción irracional o, en casos extremos, la indiferencia o la hostilidad.

Bajo el lema que da título a este artículo, la Expoamazónica 2012, una convención de empresarios e inversionistas de diversos rubros y procedencias geográficas, se reunió en Pucallpa hace un par de semanas. Su propósito principal, expreso e ideal, fue el de promover la inversión privada y negocios en la Amazonía, facilitando el intercambio de oportunidades económicas o laborales, de paso promoviendo el turismo interno.

Durante tres días, los esfuerzos de los gobiernos regionales de San Martín, Amazonas, Ucayali, Loreto y Madre de Dios (así como delegaciones de Huánuco y Ancash; en coordinación el Ministerio de Agricultura y PromPerú, apoyados por USAID e instituciones privadas, se reunieron en el campo ferial de Yarinacocha.  Más de 160 stands sirvieron para el intercambio entre emprendedores locales con empresas de tecnología y maquinarias tanto nacionales como internacionales.

Se establecieron diversos esquemas temáticos en el evento, como ejes de discusión, análisis y reflexión. Uno de ellos fue el  Foro Amazonía Invierte, el más completo sistema de inversión en los diversos espacios, además de una rueda de negocios. Los gobiernos regionales y las Cámaras de Comercio tuvieron la voz cantante. Además, la feria de oportunidades permitió equilibrar la demanda. Sin embargo, lo que llamó la atención fue el Foro Amazonía Sustentable, planteando alternativas para un plan que fomente el progreso sin afectar la biodiversidad ni el vasto, complejo y riquísimo ecosistema.

Durante la Expoamazónica, se presentó una muy interesante oferta de productos y materias primas representativas, manufacturas, alimentos, artesanías, flores ornamentales, palma aceitera, peces o madera. El mercado incluyó, además, paquetes turísticos, servicios gastronómicos, oportunidades para econegocios, proyectos de desarrollo social, inversión para cine y producción editorial, entre otros.

Según el presidente regional de Ucayali, Jorge Velásquez, la Expoamazónica generó negocios avaluados en 28 millones de nuevos soles, aproximadamente, correspondientes a transacciones concretas y promesas a futuro, muchos más de los diez millones que se tenían como meta inicial. Además, se tuvo un muy interesante movimiento comercial en hoteles, restaurantes y establecimientos locales.

Pero este no fue solo un espacio de compra y venta. También se permitieron debates y mesas redondas sobre las vicisitudes y problemas zonales, desde el narcotráfico hasta las alianzas macrorregionales, pasando por la identidad cultural. Un llamado de atención ante una clase política que ha creído que solo el mercantilismo o leyes proteccionistas y demagógicas pueden impulsar el combate contra los clamorosos índices de pobreza, desnutrición, enfermedades y desigualdad.

De hecho, la Expoamazónica recibió una saludable atención por parte de los más importantes conglomerados económicos, así como del gobierno. La presencia del presidente Ollanta Humala clausurándola (raro que un Mandatario en el pasado haya asistido siquiera a un evento de dichas características), puede considerarse un gesto inicial, pero también un símbolo.

En ese sentido, resulta estimulante saber que la Amazonía también forma parte de un circuito que oferta lo mejor de sí, no solo se parcela y se la explota sin ningún tipo de control ni cuidado.  También existe la oportunidad de una inversión responsable, ecológicamente impecable, que promueva la inclusión social. Que crea en sí misma, crea en el entorno, muestre lo mejor de sí y acepte lo mejor de quienes están alrededor.