¿Por qué se pelean?

¿Por qué se pelean?

¿Qué es el FPL hoy? Lo de siempre. Un logo grandilocuente con dirigentes minimizados por sus propias desviaciones.

ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel

Leer las declaraciones de Eloy Pizango en “La región” ha sido lo más gracioso en la víspera de los santos inocentes. Escuchar las palabras de Hugo Flores en Radio Astoria ha sido lo más cómico que se ha propalado en la radiodifusión loretana en los últimos días.

Ambos personajes se disputan mediáticamente una especie de trapo sucio. Y, agreguemos, roto. Porque el Frente Patriótico de Loreto –eso que unos han llamado exageradamente patrimonio de la región- siempre ha sido un cascarón y lo más parecido a lo que se conoce como furgón de cola. Ni en los momentos más serios –que los tuvo- se podía aceptar que el FPL cumplía su rol fiscalizador. Porque en su seno siempre han pululado los mediocres de tinta roja que creían tener la plataforma necesaria para el discurso vacío y el verbo errado. Existieron momentos incluso que uno iba a las movilizaciones y tenía que soportar las palabras irracionales y hasta vulgares de aprendices de oradores. ¿Qué es el FPL hoy? Lo de siempre. Un logo grandilocuente con dirigentes minimizados por sus propias desviaciones.

Tan de capa caída está el FPL que ni siquiera los que antes lo ensalzaban se ocupan de sus asuntos. Y más aún, ni siquiera tienen local donde sentarse a hablar de todo y de nada. El SUTEP –que es una versión más orgánica pero igual de antidemocrática que el FPL- no se molesta en prestarles las sillas para que elaboren los pronunciamientos que todos leen pero que nadie entiende. Y seguirán buscando responsables de esta situación en la vereda del frente porque andan tan alejados de la realidad que son incapaces de darse cuenta que el problema principal que padecen es la miopía en el sentido más amplio.

Se anuncia que habrá convocatoria para elegir a los nuevos dirigentes. No tendrán nada de nuevos. Porque aún siendo jóvenes estarán impregnados de los vicios históricos que la izquierda majadera que por estos lares grita democracia y fuera del país aplaude dictaduras eternas y sempiternas.

Pizango –un personaje que convive con la usura más deplorable y ajena a cualquier postulado solidario- ha dicho que fue un error haber elegido a Flores. En tanto que Huguito –un personaje que carece de ideas políticas y, por lo tanto, de dirección propia- ha dicho que no contestará bajezas y que no intentará ser candidato. Ambos deberían alejarse un poco de la agenda local porque lejos de, siquiera entretenernos, con sus declaraciones lo que provocan es burla que los medios permiten porque el entretenimiento es más comercial que la profundidad.

El FPL está reducido a la controversia estéril de Pizango y Flores. Lo que ya dice mucho de su situación.