Terror en Medicina

– Un testimonio desde Estados Unidos

Terror en Medicina

A raíz de la publicación sobre la mafia de notas que opera(ba) en la Facultad de Medicina de la UNAP hemos recibido varios correos, en diferentes tonos y modalidades. Pero el que reproducimos nos parece un testimonio importante para darnos cuenta que el problema no es de hoy sino de ayer y esperamos que no de siempre. A pedido de la remitente solo colocamos su nombre pero reconocemos su valentía y su disposición para tratar de mejorar las cosas.

Me gradué de médico hace 3 años en la Universidad San Juan Bautista en Lima, vivo en Washington DC desde el 2008, donde estoy preparándome para realizar una especialidad.

Mi tránsito por aquí no fue fácil ya que los primeros años de Medicina las realicé en Iquitos, me conmueve decir y recordar las extorciones a las que me sometían profesores y alumnos. Alumnos escogidos por estos pseudo-médicos, quienes eran los encargados de buscar a las potenciales víctimas para extorsionarlos, a muchos de estos alumnos les convenía estar en este ciclo por mucho tiempo para hacer el trabajo, o hacían trueques, si estos hacían trabajo para cierto médico en un ciclo estos los recomendaban para los ciclos siguientes.

Mi experiencia fue aterrorizante, llamadas por teléfono a media noche, seguimientos, sabían donde estudiábamos en grupos y empezaban las llamadas con ofrecimientos de todo tipo: si quieres preguntas, examen completo, alguien que te de las respuestas el día del examen, etc. Un menú exquisito desde 300 hasta 1000 soles o trabajos para familiares.

Cuando estás en ese ambiente, te sientes acorralado y piensas «¿para qué estudiar si puedo pagar 200, 300 o 500 soles?», inteligencia o habilidad no era un requisito para la facultad, sino tener dinero o un padre con poder para acceder a los pedidos. Si por obra de la mafia o tu esfuerzo sacabas 11 ó 13 estabas estresado ya que era irreal porque a pocas horas tu teléfono timbraba donde te decían: «podrías conseguir más nota, el doctor necesita un pasaje a cierta ciudad»

En mi caso, sabían que mi papa era autoridad y pedían trabajo para sus hijos, esposas, amantes, hermanos y hasta hijos extramatrimoniales, sino accedía a sus pedidos, me amenazaban diciendo que años más duros se vienen. Los conocidos filtros son Anatomía, Histología (donde la esposa del doctor encargado hacía los tratos), Embriología, y bueno los más duros, como Farmacología.

Dos años pasaron y las extorsiones eran mayores, preferí jalar los cursos pues las peticiones eran demasiadas. Estaban en contra de los valores morales que mis padres me inculcaron, salí de la UNAP con depresión y tristeza, pues dejaba amigos y familia. Gracias al esfuerzo de mis queridos padres me enviaron a Lima donde volví a iniciar todo de nuevo, lo cual fue lo mejor que había pasado, dos amigos más salieron de la universidad y se mudaron a otra en Lima.

Nos dimos cuenta que la competencia por ser el mejor alumno estaba abierta para todos sin presiones y miedos, pudimos salir adelante con excelentes notas y sobre todo amando a la Medicina más que nunca. Cuando me encuentro con excompañeros, lo primero que les sugiero es salir de esa Facultad, con pena veo compañeros que ingresaron en el 99 que siguen tratando de pasar los primeros cursos de Clínica o algunos salieron por completo de la universidad.

Venir a USA para la especialidad es uno de los retos más grande de mi vida, de la que me siento muy orgullosa, volví a tomar cursos de ciencias básicas, que los mafiosos se jactan en decir que no son necesarias para la carrera, cuando ciencias básicas son el pilar para construir el conocimiento para entender la Fisiología del organismo, los químicos, hormonas y enzimas deben ser entendidos en conjunto para poder dar un buen diagnostico y manejo al paciente.

Hay que seguir difundiendo información veraz, que ayuda a que instituciones como la Facultad de Medicina sean fiscalizadas y limpiadas de malos médicos y maestros. Que quede en claro que mi intención no es desprestigiar a la universidad pues hay muchas facultades que merecen respeto, de donde salen buenos profesionales. Espero que los profesionales en Medicina sean eficaces y eficientes, competitivos y que brinden un excelente servicio a la comunidad y con la premisa del juramento hipocrático de no hacer daño.

Abrazos a la distancia.

Hayda