Durante los últimos días, el tema de la reapertura del camal municipal de Jaén ha generado controversia, especialmente por la versión difundida desde la Municipalidad Provincial de Jaén (MPJ), que deja entrever que el SENASA sería responsable del retraso en la autorización para el funcionamiento de este establecimiento de sacrificio de animales. Sin embargo, los hechos muestran otro panorama.

El pasado 16 de octubre, la MPJ remitió el Oficio N.º 862 solicitando la autorización sanitaria de funcionamiento del camal. El 22 de octubre, el SENASA, mediante la Carta N.º 207, realizó una serie de observaciones técnicas al expediente presentado. En respuesta, el 31 de octubre, la municipalidad volvió a ingresar la documentación corregida, adjuntando el Manual de Buenas Prácticas de Faenado, el Plan Interno de Trazabilidad, el Programa de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP), entre otros documentos exigidos por la normativa sanitaria.

Fue durante ese proceso que representantes de rondas campesinas, nativas y una regidora acudieron a la sede de SENASA Jaén para exigir una pronta respuesta, cuando el expediente aún se encontraba en evaluación técnica, apenas dos días después de haber sido ingresado.

Según información reciente, el SENASA habría remitido el 11 de noviembre un nuevo informe con observaciones adicionales a la comuna provincial, señalando deficiencias técnicas en el contenido del expediente que impiden, por el momento, la autorización del funcionamiento del camal. La entidad otorgó un nuevo plazo de 10 días para que la municipalidad levante las observaciones y vuelva a presentar la documentación corregida.

¿El SENASA obstaculiza la reapertura?

No. De acuerdo con fuentes técnicas, el SENASA no obstaculiza el proceso, sino que garantiza que los documentos de gestión cumplan con las normas sanitarias, para asegurar un funcionamiento adecuado del camal y proteger la salud pública.

El organismo exige que el expediente contenga dos documentos clave: el Manual de Operación y el Manual de Buenas Prácticas de Faenado (MBPF).

¿Por qué son importantes estos manuales?

El Manual de Operación es esencial porque ordena el funcionamiento interno del camal: define qué se hace, quién lo hace y cómo se hace, evitando improvisaciones.
Permite cumplir con las normas sanitarias, facilita la fiscalización y reduce riesgos operativos. Además, contribuye a prevenir accidentes, fallas eléctricas, contaminación o descomposición de carne, y fortalece la trazabilidad del proceso, registrando cada paso —desde el ingreso de animales hasta la salida de la carne— con transparencia y control sanitario.

Por su parte, el Manual de Buenas Prácticas de Faenado (MBPF) busca garantizar que la carne sea segura para el consumo humano.

Establece cómo debe manejarse el animal y la carne para evitar contaminación bacteriana o química, promueve el sacrificio humanitario, y es requisito técnico para obtener la autorización sanitaria.

Su aplicación demuestra responsabilidad y compromiso con la calidad y la salud de los consumidores.

El Manual de Operación garantiza que el camal funcione bien y el Manual de Buenas Prácticas garantiza que la carne sea segura para el pueblo.

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