Los tiempos deben cambiar
La semana pasada, conjuntamente con Dorian Fernández, fuimos invitados a la recepción de homenaje que daba la flamante Ministra de Cultura, Susana Baca, a los cineastas nacionales y extranjeros presentes en el XV Festival de Cine de Lima. Entre los invitados se encontraba la notable actriz francesa Geraldine Chaplin, hija del mito Charles Chaplin, presidente del jurado del más importante evento cinematográfico del país.
Lo anecdótico sucedió al momento de los brindis. Súbitamente, los mozos encargados de servir las copas, además de vino y pisco sour (que siempre se presenta como la bebida oficial), invitaron una ronda de una reluciente bebida muy conocida en la Amazonía. Era masato, servido en pequeños vasitos para shots. Para qué decir que el sabor estaba muy agradable.
En lo que a mí concierne, era la primera vez en mi vida que en una ceremonia oficial de alta investidura se servía una bebida tan clásica de nuestra tradición amazónica. Me atrevo a decir, incluso, que nunca lo había probado siquiera en reuniones protocolares en nuestra región, en aquellas en que, bueno, se brinda hasta con chuchuhuasi sour (algo más estilizado), pero nunca con algo mucho más ancestral e histórico.
Mi lectura rápida del tema es que el gesto del Ministerio de Cultura tiene una connotación simbólica: reivindicar. A través de la reivindicación, también se intenta la integración no solo con un espacio territorial, sino con una suerte de confederación de saberes y de conocimientos englobados en el termino Amazonía.
Claro es que en los anteriores gobiernos ha habido una suerte de displicencia o apatía particular al momento de asumir como propios los temas amazónicos. En el caso clave del gobierno aprista, esa indiferencia se ha convertido en hostilidad más o menos evidente (y permanente).
De ninguna manera un gesto soluciona un problema, por cierto, pero lo coloca en palestra. Lo destaca, y en medio de esa vitrina, abre un debate mucho más grande, acaso vital en nuestra aún complicada red de relaciones sociales.
No es una mentira señalar que en el Perú las bases más duras del racismo y el subdesarrollo mental han perdurado, generando a través del desprecio y la discriminación estructuras de casta y poder. Y una de las formas de mantener esa dominación artificial, absurda e irracional se preserva a través de las segmentaciones.
Los sabores amazónicos siempre han tenido una fuerza muy interesante, especialmente en estos últimos tiempos. Sin embargo, no ha sucedido en lo que se ha venido a llamar la compleja y vasta variedad de los productos propios de los indígenas amazónicos. En verdad, hay una sensación aún palpable de diferenciación que tiene a los urbanos, citadinos o “habitantes modernos” como actores principales.
Durante mucho tiempo tomar un masato ha sido menospreciado. Ha sido como creer, despectivamente, que era tomar “cosas de indios”. Es probable que la mayoría de los habitantes que han nacido en la mayor cantidad de ciudades amazónicas no lo haya probado.
Sin embargo, el problema viene con la exclusión. Aún a pesar de que en estos dos últimos años, a partir del «Baguazo», hay una cierta indulgencia respecto de los temas amazónicos, hay un disco duro muy metido en la psique de los habitantes que los incita a rechazar a priori todo lo que le parezca “inferior”.
Debemos reconocer que existe un gran núcleo racista y discriminatorio en ciudades como Iquitos contra costumbres y tradiciones rurales o indígenas. A veces esta se disfraza de populismo o paternalismo o “investigación académica”, pero ahí están, los ciudadanos que no viven en la urbe, obligados a ser experimentos, o a ser bolsones de votos o a ser depositarios de cargos de conciencia de algunos(as).
El problema es que el racismo y la discriminación por un lado, automáticamente apartan de contexto y revaloración acciones/hechos/manifestaciones que se consideran no modernos. Si a eso sumamos un nivel virtual de indigencia de nuestro actual sistema educativo y una cada vez más alarmante proceso de destrucción de símbolos del pasado, lo que se logra es una sociedad que replica modelos agresivos en este aspecto.
El centralismo de Iquitos es tan desembozado que a veces da risa cuando se hacen marchas contra aquello que precisamente se replica todos los días en nuestro sistema económico, político, educativo y hasta cultural. Nos importa muy poco que en ciudades o provincias de Loreto no hayan condiciones de vida, pero somos muy discursivos y enfáticos cuando hablamos que queremos “autonomía” y “descentralización” y no sé cuántas boberías más, que pueden ser muy importantes pero son contaminadas con la demagogia de los embusteros de siempre.
El problema está en las mentes. En el pensamiento estrecho y en el prejuicio absurdo. En ese que aún puede considerar pernicioso beber masato.
El problema está en creer que todo empieza en nuestro ombligo y olvidar que más allá de los linderos de las ciudades existe también un conglomerado de ideas, ilusiones y costumbres que no solamente son valiosas sino, además, exigen respeto como cualquiera otra de las costumbres de los demás.
Cuando en los colegios se deje de hablar tanto de materias abstractas, o cuando los chicos dejen de memorizar tanto los ríos de África y conozcan un poco más de los sabores y saberes de su región, entonces habrá un poco más de oportunidades para todos.
Por eso me parece simbólico y positivo lo que hizo la Ministra de Cultura en una ceremonia pública. Porque reitera que hay tantas cosas valiosas de nuestra tradición y nuestra historia que debemos recuperar. Hay muchas otras acciones que debemos iniciar. Hay varios procesos educativos/culturales/mentales que aplicar. Los tiempos deben cambiar. Es hora de empezar desde nosotros mismos.
Totalmente de acuerdo con el gesto, La Señora Baca es un icono cultural por antonomasia, por lo que – aqui, si discrepo frontalmente – PERDEREMOS, mucho me temo, a esa estirpe de iluminacion cultural que de ella fluye, para diluirse en los avatares de una responsabilidad politica de gerenciar la gestion cultural de nuestro pais, si no cuenta con un equipo profesional que opere este trabajo, valgan verdades, el liderar, administrar, gerenciar la cultura de un pais, no es sinonimo del perfil de un artista eponimo u exitoso (dixit; que me dicen de la funcion de Ceccarelli en Loreto), y mucho me temo que la Sra. Baca no esta dentro del perfil que se necesita de un Gerente, al que en las actuales circunstancias se le puede denominar a modo de exigencia; «Curador» (puede que se llame asi), a la labor principal de Velar los intereses culturales; colocar en valor, desarollar la «Industria» integral nuestra que es vastisima, mucho me temo que la Sra. Baca sea una de las «Caratulas» lanzadas por el Sr. Presidente, para «contentar» las demandas de «Inclusion» social que, dice impulsar, no avizoro buen puerto con esto…………., al menos que sea demasiado habil en la gestion, que logre concretar un equipo profesional, que desarrolle el trabajo y ella lo lidere (no lo conozco en esa faceta a ella), sino, lastima para con la Sra. Baca, ojala me equivoque.
Hola! concuerdo con el titulo del articulo.todos debemos mudar para bien.debemos evolucionar en todo el sentido de la palabra.debemos mejorar nuestra calidad de vida.debemos luchar por conseguir valorizar nuestra gente y su peculiar idiosincracia.debemos elevar nuestra autoestima regional, dejando de lado e ignorando viejas taras de nuetra sociedad huachafa y prejuiciosa,herencia de la colonia espanola.creo que,efectivamente, los tiempos tienen que cambiar para mejor,para el bien comun de nuestra gente y del pais en su conjunto.Eso se consigue con desarrollo economico, con dinero, con educacion de calidad.eso se consigue realizando proyectos de gran envergadura como lo propuesto por el desvio y represamento de las aguas de nuestros rios para irrigar las tierras aridas de nuestra costa, ampliar nuestra produccion agricola y generar energia electrica en abundancia, eso se consigue acabando con el centralismo limeno contra las provincias ,eso se consigue acabando con el centralismo mas cruel y fratricida como el practicado por los propios loretanos contra los pueblos al interior de Iquitos,el centralismo iquitino es despiadado y abusivo,indecente e injusto,y ahi nadie dice nada.donde estan los ambientalistas,regionalistas, los pseudo lideres regionales??…debemos tener coherencia en nuestras vidas, de que sirve pedir valorizacion de nuestras identidades regionales, cuando en la practica hacemos todo lo contrario para desarrollar nuestra amazonia, como oponiendose infantilmente a proyectos que van a beneficiar a todo el pais.el problema esta en las mentes.me parece ridiculo que se tenga que resaltar un hecho que deberia ser normal, usual, en nuestra vida nacional, en nuestra agenda cultural.me parece ridiculo que exista discriminacion entre los propios peruanos,que exista muestras de racismo, entre los propios peruanos, raza multietnica,de un rico pasado imperial,me parece ridiculo ser admirado en el mundo entero por nuestro pasado incaico y en n uestro pais no saber reconocer eso, me parece ridiculo continuar con la misma mentalidad de pais subdesarrollado.Ojala cambiemos.
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