Un reciente estudio basado en el análisis de imágenes satelitales, publicado en la revista científica Naturecon el título ‘Un aumento global de la minería aluvial aumenta la carga de sedimentos en los ríos tropicales’, reveló que la minería aluvial ha ocasionado daños significativos en cerca de 59,000 kilómetros de ríos tropicales, durante los últimos 40 años, en diversos países del mundo, desde América del Sur hasta Asia.
Esta distancia equivale a recorrer el Perú unas 25 veces de extremo a extremo. De ese extenso total, 35,000 kilómetros corresponden a ríos tropicales grandes, con un ancho superior a los 50 metros; mientras que los 24,000 kilómetros restantes pertenecen a ríos más pequeños, que también han resultado afectados por la actividad minera. Estos datos se obtuvieron mediante la evaluación de 7 millones de mediciones recopiladas a partir de imágenes satelitales.
La investigación abarca información de la minería aluvial desde 1984 hasta 2021, usando información satelital y fuentes públicas.
Según el estudio, hay 334 de 396 áreas mineras activas, distribuidas de manera relativamente uniforme en 49 países cerca de la línea ecuatorial, en un cinturón que ―por su ubicación― abarca las zonas tropicales de América del Sur, África, Asia y Oceanía. Esto representa más del 80% de los puntos mineros activos registrados.
Minería aluvial aumenta la carga de sedimentos en los ríos
La minería aluvial implica grandes excavaciones en los ríos tropicales, lo que a menudo conlleva la deforestación de áreas circundantes y el aumento en la erosión del suelo. Una consecuencia significativa de esta actividad es el vertido de grandes cantidades de material excavado directamente en los ríos, perturbando gravemente la vida acuática en los ecosistemas cercanos y aguas abajo.
En los últimos 10 a 15 años, esta actividad se incrementó a una escala sin precedentes. Los escombros de las operaciones mineras, en su mayoría, a pequeña escala, contaminaron 173 grandes ríos, que fluyen a través de 27 de los 86 países tropicales que tienen ríos de 50 metros de ancho.
De acuerdo con la investigación, aunque la minería fluvial apunta a minerales diferentes, la extracción de oro representa, en la actualidad, el 90% de la minería en los ríos tropicales. Esto se refleja en el hecho de que, de los 39 sitios mineros examinados, 356 se dedican a la minería aurífera. Un tercio de estos se estableció después de 2009. Los sedimentos inorgánicos se transportan por los ríos como «sedimentos en suspension», propagando los efectos perjudiciales de la minería aguas abajo.
Investigaciones previas han demostrado que estos sedimentos pueden también transportar toxinas, incluyendo mercurio, utilizado en los procesos de minería fluvial. Esto no solo afecta la calidad del agua, sino que también plantea riesgos significativos para la salud humana y el ambiente.
Impacto de la minería aurífera en la vida acuática
El estudio evaluó cómo la minería afecta a los peces. Los investigadores descubrieron que la turbidez de los ríos afectados supera las pautas de protección de peces el 90% de los días, lo que dificulta a los peces cazar y evita su reproducción.
Por otro lado, estableció un aumento significativo de la minería después del año 2000, relacionado con la crisis financiera global y el elevado precio del oro. Hoy, una onza está valorada en 1920 dólares; el precio nunca ha bajado de 1200 dólares en los últimos cinco años.
La investigación, que eleva el problema de la minería fluvial a una escala global, fue realizada por el Centro de Innovación Científica Amazónica (Cincia), la universidad Wake Forest University y Darmouth College, con el financiamiento de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio-NASA.
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