“Cambiaría un caviar o cualquier producto caro, por una patarashca, un suri o un inchicapi de gallina… son sabores que no se pueden olvidar”. 

Ha visitado alrededor de 30 países y trabajado en 8 de ellos, y pese a haber probado diferentes platos, para Miguel Urquiza ninguno se compara con la comida de Iquitos, la cual extraña. 

Hablamos del chef amazónico que triunfa en Sidney, Australia, quien desde temprana edad se inclinó por este arte, que considera su pasión. Y con el que aprendió que cada éxito tiene un sacrificio de por medio.

Tiene los mejores recuerdos de Iquitos y los lleva consigo en cada lugar que visita. No se siente exitoso sino realizado como profesional y loretano, de poder viajar a cualquier parte y decir con orgullo que es de Iquitos, de Perú.

“Hay muchos sudamericanos viviendo aquí en Australia, la convivencia me recuerda mucho a Iquitos, cada cual respeta su espacio, todavía se encuentra honestidad y honradez, la gente es respetuosa y educada”, manifestó.

Urquiza tiene en mente el cómo llevar un suri a la más alta cocina, pues sabe que se tiene la materia prima, pero tenemos que saber llegar. Un tema en el que deben participar las autoridades, dejando de lado el ego empresarial y personal, para no competir ni lograr un nombre, sino que la gastronomía peruana llegue al mundo. 

Él también comparte la idea de Fernando Arévalo, otro difusor de la gastronomía amazónica que quiere que los productores y agricultores aporten a la gastronomía y empiecen a ofrecer al mundo. 

“Es cuestión de unirnos como peruanos, como cocineros loretanos para lograr eso”, dijo tras resaltar que los ingredientes amazónicos son muy versátiles y tienen mucho potencial, ya sea en la cocina clásica, moderna y alta cocina.