Una palabra  equivocada

El sabroso, formidable, único, Día del Chicharrón es, posiblemente, el mejor homenaje al cerdo de siempre. Animal despreciado pero devorado con reiterada gula puede ser considerado como emblema de este gobierno que se va. La conmemoración es una de las herencias más notables del gastronómico doctor Alan García Pérez. Varón de buenos dientes, mejores papilas gustadoras, come a varios cachetes como revelan las feroces cifras de Palacio de Gobierno. En su gobierno de comilonas y comedores opíparos no se ha dejado de festejar la buena mesa, el excelente licor. En ese catálogo sólo falta el terrible y temible menú de dos soles con que tantos peruanos y peruanas de a pie, sin trabajo y sin futuro conocido engañan a diario al vientre.   

Toda esa parrafada anterior para referirnos a la celebración de la fecha. El Día del Orgullo Gay. Todo está bien en la gesta de humanizar el trato a los excluidos, los marginados. Pero ocurre que nos parece equívoca la palabra orgullo. En este país de machistas hasta en la sopa, de hombrones en cualquier parte, de variados Atlas en distintos campos, ser gay es pertenecer al subterráneo social. A la falange de seres despreciados, burlados, pisoteados, marginados. Nadie puede estar orgulloso de padecer por su condición sexual. Lo que se debería hacer entonces, de aquí en adelante, es referirse directamente a los derechos humanos, a la reivindicación, de hombres y mujeres, que pertenecen al mundo gay.     

Al margen de suculentos chicharrones, de panzas presidenciales y de necesidades de un nuevo lenguaje de los gays, algo tenemos que decir antes que sea tarde. A ese paso, el de festejar todo, nos quedaremos sin días en el calendario para marcar. En realidad, 365 días no son gran cosa para tanta conmemoración. Lo peor es que en esas fechas no se hacen agendas profundas. Se jaranea la más de las veces. Ningún país ha avanzado así, celebrando tanto.

1 COMENTARIO

  1. Gay, usando siempre la terminologia ajena nuestro idioma. Cabria la pregunta qué es la homosexualidad e que el homosexual?, son excluidos?. Revisando la biblia, habla de hombre y mujer, la constitucion, el sistema esta hecho para esta dualidad la unica existente. Todo lo demas es adaptado, injertado de tierras extrañas. Ahora esos paises que aceptaron toda esa verborrea, justificando opciones sexuales y el cuento de los excluidos estan lidando con los problemas generados y consecuencia de posicionar a «los excluidos». Primero los aceptaron y legislaron para ellos, ahora tienen que aceptar el matrimonio , la adopcion de bebes. Las calles de esos paises vuelven a estar convulsas , polarizadas por aquella tesis errada de los excluidos. Preocuparse por los pobres, el hambre y la mortalidad infantil son temas de verdadera exclusion. Recuerdo a un alcalde que fomentava campeonatos de futbol de homosexuales, donde todo era zorna, escarnio, acaso este acto de un tozudo alcalde incluyo a los «excluidos».
    Dejen esos temas para la sicologos y siquiatras, los sociologos haran mucho en esto. Basta solo preguntar que a este ritmo en el futuro, si existe, los «excluidos» seran tantos, que apareceran otros que antes no fueron tales.

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