En el desborde de la cervecería arrabalera, en la efusión del licor adulterado o en los delirios de una mitomanía atroz, debió surgir la desviada iniciativa de convocar a un supuesto primer encuentro de poetas amazónicos, evento de marras que se realizará hoy viernes 26 de marzo. Sostenemos eso porque los convocados son mediocres poetastros que no han hecho nada interesante hasta ahora, son desvaídos plumíferos de tres por cuatro que no representan a nadie en el arduo rubro de la poesía. Pero, como convocados por un promotor de lo ridículo, un gerente de la picaresca o un adalid de lo vernáculo en el peor sentido de la palabra, estarán reunidos en un auditorio para decir un par de tonterías o un mar de necedades.
En ese foro de pobres escribas, en ese encuentro de deslucidos cultores de la musa inspiradora, no se puede esperar nada interesante ni importante. Sólo el ejercicio de la hojarasca verbal, el tedio de las quejas sobre maltratos del medio, o posturas de acción política que ya han pasado al rincón de las ruinas. ¿De dónde, de qué cerebro en brumas, salió la idea de convocar a esa cita, ignorando que antes se realizaron verdaderos encuentros de poetas de estos lares? ¿Cómo se hizo para reunirlos en un solo saco, para meterlos en una sola sala? ¿Quién los escogió con el mando de un titiritero falaz, un convocador de indigentes de talento, un depravado mental que ignora la verdadera poesía?
En esta ciudad inculta e iletrada no pueden dejar de ocurrir semejantes desvíos, semejantes ridiculeces. Lo peor de todo es que una entidad como el IIAP, que se supone cuna de atenta investigación, fuente de sabiduría, auspicie semejante mamarracho. Como si nada, como si tal cosa, esa institución expone su nombre, entrega su logotipo, abre las puertas de su auditorio, para que entre la mediocridad en pleno, para que los poetastros se reúnan en un foro tan vulgar.