En la sede de los masajes gratuitos, ganga que una entidad local puso a disposición de las gentes de estos lares, ocurrió entonces el desborde de personas de ambos sexos que querían urgentemente ser atendidos por expertos masajistas que vinieron de la capital. La cosa se puso color de hormiga cuando los que querían los masajes decidieron no volver a sus casas y dieron inicio a una cola interminable. La cola que iba recibiendo más gente que venía de todas partes de Iquitos, aun de las barriadas más alejadas, iba aumentando conforme pasaban las horas y avanzó varias cuadras, dio la vuelta hasta alcanzar la plaza 28 de Julio, se desbordó por la calle San Martín, se filtró hacia Prospero, alcanzó la plaza de Armas y siguió de largo hasta enredarse en la calle Raimondi.
Era inconcebible que ocurriera aquel desorden, pues se trataba de un simple masaje gratuito que se había dispuesto como una forma de ayudar en la salud de las personas. Pero algo grave estaba pasando y la cola interminable siguió creciendo hasta arribar a Bellavista Nanay. Al borde del río se detuvo y no avanzó más allá. Pero la cola era tan larga que no era posible disminuirla con los expertos que atendían en los masajes. De tal manera que se trajo de Lima más masajistas y se puso carpas en varios lugares para que atiendan a los necesitados de ese servicio. Pero pese a los grandes y denodados esfuerzos de los masajistas, la cola no avanza, sigue allí, extendida sobre la ciudad. Es que vienen personas del campo y de otras ciudades limítrofes a sumarse a la cola para tener derecho a un masaje gratis.
En extenuantes jornadas, sin comer y sin dormir, los masajistas se esmeran para atender a todos y todas y frecuentemente laboran hasta el borde del colapso. Pero por más que se esfuercen, por más que se saquen la mugre, no disminuye la cantidad de gente. Es más siguen aumentando porque parece que vienen hasta de los países vecinos, buscando ese relajante masaje gratis. Así las cosas la ciudad está condenada a vivir en estado de masaje permanente hasta el fin de los tiempos.