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Por: Mario Andre López Rojas *

Se inicia una nueva gestión en el Gobierno Regional de Loreto (GOREL), la cual contempla desarrollarse durante el periodo 2019-2022, cuatro años de muchos retos, en los cuales se debe buscar que nuestra región Loreto supere la pálida situación económica y social en la que se encuentra hoy en día.

En esta oportunidad resalto algunos de los resultados económicos y sociales de la gestión anterior, lamentablemente a la fecha no se dispone de mucha información correspondiente al cierre del año 2018, por lo que nos basaremos en cifras hasta el año 2017, principalmente; y al final mencionaré algunas acciones de política de gobierno que debería realizar el GOREL.

En el aspecto social, con respecto al tamaño de la población censada para el año 2017, según el INEI, Loreto conjuntamente con Cajamarca, Huancavelica, Huánuco, Pasco y Puno, son las regiones que redujeron su tamaño poblacional; debido a, entre otras razones, falta de oportunidades de crecimiento y desarrollo personal y profesional, derivado de la situación que todas estas regiones se ubican entre las más pobres del país; aunado a eso, cada vez más, la migración del campo a la ciudad genera un crecimiento urbano desordenado. Para tener una idea de lo último, en el año 1940, en la región Loreto, la población rural representaba el 68% del total; para el año 2017, esta población representa apenas el 31% del total.

En Loreto, 55 de cada 100 hogares tiene por lo menos una necesidad básica insatisfecha y somos la peor región con esa característica. Asimismo, el 35,3% de la población loretana es pobre; en su plan de gobierno, la anterior gestión ofreció reducirla en un 20%, obviamente no lo cumplieron.

En educación, entre los años 2015 y 2017, para el caso de Loreto, se ha incrementado la brecha con respecto al promedio nacional del “promedio de años de estudio alcanzado por la población de 15 y más años edad”, es decir, en esos años se ha disminuido el promedio de años de estudio. Para el mismo periodo de tiempo, también se incrementó la tasa de analfabetismo. De la misma manera, la tasa neta de asistencia a la educación primaria se ha reducido. El porcentaje de locales escolares públicos que cuentan con los 3 servicios básicos (agua, electricidad y desagüe) se ha reducido de 8 a 6 por cada 100 locales.

Por el lado de la salud, la desnutrición crónica en menores de 5 años de edad se redujo de 34,2% (año 2011) a 23,2% (año 2015), pero se incrementó entre los años 2016 (23,6%) y 2017 (23,8%). La prevalencia de anemia en niños menores de 3 años registra para los años 2016 (60,7%) y 2017 (61,5%) las tasas más altas de los últimos diez años, con lo cual, a nivel nacional somos la segunda región con la mayor tasa de anemia. Con ello, el futuro de gran parte de nuestra población será bastante frágil.

En la dimensión económica, para noviembre de 2018 se cumplen 47 meses de caída en el empleo formal en empresas de 10 a más trabajadores, con lo cual, en los últimos cuatro años se incrementó el desempleo y sobre todo la informalidad; los sectores más afectados son primario, manufactura y servicios.

El valor del PBI de Loreto equivale al del año 2012, es decir, tenemos un retroceso de por lo menos 5 años, debido a las caídas registradas en los años 2015 y 2016. Loreto ha crecido muy por debajo que el Perú en términos de valor agregado bruto de la producción entre los años 2007 y 2017. Las actividades que han contribuido a este leve crecimiento han sido

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