Va llegar el primer año de gestión del presidente Pedro Kuczynski y la tormenta que la amenaza va ir amainando. El tiempo, para efectos del cargamontón que le están haciendo desde las tiendas fujimoristas, va remediar los apuros por los que pasan en estos tiempos de censura y renuncia de ministros. Seguro van a rodar por lo menos dos cabezas más.
El ministro del Interior Carlos Basombrío y la ministra de salud Patricia García son los próximos y por lo menos la cabeza de uno de ellos va rodar. Son dos visiblemente con mayor capacidad política y técnica que pueden dar batalla por eso el Fujimorismo los requiere. No es que sean inamovibles, ya el gobierno ha dado cuenta que podrá retrasar la interpelación, podrá explicar argumentos que son válidos para sostenerlos unas semanas más y tal vez unos meses, pero cuando pase el primer año, creo que la cosa se va poner tranquila.
En lo que sí el gobierno debería incidir es en dar cuenta de la maniobra desestabilizadora que desde la oposición le están generando, pero, valgan verdades era obvio eso que los fujimoristas llaman control político iba a suceder. Los salvó la emergencia en el norte y ahora la corrupción de Odebrecht que amenaza al fujimorismo podría ser un sucedáneo para la inestabilidad del gobierno, pero volverán a la carga y ya hemos visto que PPK no va querer enfrentarse abiertamente pues nota que no hay muchas balas en su territorio.
Por eso el tiempo será su principal aliado. Si en junio, mes cuando se sepa los cientos de funcionarios involucrados en casos de corrupción sean expuestos a la luz pública en nuestro país, no hay muchos que pertenezcan a este gobierno (cosa que es poco probable) entonces tendrán otra oportunidad de leer la indignación popular y con ciertas medidas, discursos y acciones concretas contra la corrupción fácil ganan un semestre más de aliento lo que les daría oxígeno político para campear el tsunami fujimorista.
¿Mientras esto sucede con pasa con los indicadores, proyectos de inversión o grandes obras en el país? Tal vez sigan durmiendo o tal vez sumen a la imagen del gobierno y en ese sentido los gobernadores regionales bien presupuestados podrían ser los mejores aliados. Aunque PPK no da muestras de ser un pulpo mediático y sólo se ciñe a chispazos como tener un programa “Conversando con el Presidente” en donde presentó a una ministra de educación ligth y muy “pitucona” que no aportó nada, al menos intenta acercarse a la gente, sin mucho resultado, pero sostenidamente podría significar un halito, un chance de vida política.