Salados o burlados
Qué está pasando en nuestra ciudad, en nuestra región, en el país… donde se caen –o desploman- puentes recientemente construidos, donde las paredes se cuartean pero parecen pintadas con plumón grueso, donde ni se entrega la plaza 28 y ¡zas! Un maldito combazo daña la estructura del piso. Y ahora, lo último de lo último. Una pista a un año de ser entregada ya se ha hundido dos veces. Por eso insistimos con la pregunta. ¿Qué está pasando? Por supuesto las autoridades responsables se callan en todos los idiomas posibles.
Les agarran de…
La ciudadanía tiene derechos a sospechar y maliciar lo peor. Si no hay obra que no nos venga con sorpresas desagradables y escandalosas, pues qué se puede pensar. Cómo así, de la manera más vil y descarada se pueden dejar engañar las autoridades y sus “expertos” funcionarios y asesores, por parte de empresarios constructores que parecen tener un doctorado en ‘pendejadas’. No es posible que sigamos por el mismo camino.
Con obras así
A más de un vecino se escucha decir que ya debemos tener miedo cuando del Gorelor o municipalidades se nos anuncie con bombos y platillos alguna obra, porque así como van las cosas solo nos traerán desgracias y desilusiones al por mayor. Peor si desde esas instancias de gobierno muestran poco interés de vigilar que las cosas se hagan bien. Algo así, como si al propósito quisieran que las obras sean malas. Pero… ¿Por qué? ¡¡Por qué!!
Se agarra con garra
Si el presidente Maduro de Venezuela tiene su pajarito que le habla y Ronald Band su pihuicho que le cuenta todo, pues nosotros tenemos simplemente manguares digitales que nos pasan cada dato e información, que para que les decimos. Lo calientito calientito es que la alcaldesa no le bajará el dedo al presidente del directorio de Sedaloreto. Qué se removerá todo al más alto nivel de personal y funcionarios, pero a Zegarra nadie le agarra. Francamente nos resistimos a creer y se lo contamos casi casi dudando… pero, ya saben, todo se puede esperar en la política. Todo.
Juntitos los dos
Ayer se encontraron después de algún tiempo de estar distanciados Fernando Meléndez y Richard Vásquez. ¿El motivo? Obras de levantamiento de rasante en el distrito de Belén. Ante esto se pudo leer de todo en las redes sociales. Unos en pro otros en contra. Lo cierto es –como dicen nuestros abuelos- que con nada se le contenta a la gente. Si no se unen, por qué no se unen. Si se juntan, porqué ya se han reunido. Es decir, que la población salga ganado, en el fondo eso es lo que se quiere, más allá de sugestividades.
A poner orden
Ayer se realizó un mega operativo de tránsito donde las principales ‘victimas’ fueron los colectivos de transporte público de pasajeros. Decenas de ellos fueron a parar en el depósito municipal. Consecuentemente, ya se imaginan, los conductores y empresarios han puesto el grito en el cielo ante esta acción, que creemos deben ser más seguidos y eficaces. Porque no es justo que como ciudad tengamos un tránsito de locos, donde parece que todo el mundo hace lo que le venga en gana.
Pura lata
Una ciudad como Iquitos, a los que muchos llaman “isla bonita”, preguntamos. Merece que a estas alturas de la vida moderna, año 2017, circulen por sus calles ómnibus de lata y madera?? Es posible eso y que a todos nos parezca normal. Lo cierto es que en otras ciudades no les dejarían rodar ni medio metro, peor brindar el servicio de transporte público. Entonces, ya es tiempo de que se haga una revolución en ese sentido. Merecemos un mejor servicio. Con unidades nuevas, modernas y de fábrica. No camiones modificados y adaptados con carrocería de lata y madera. Ya no pues.