Asustados
Todo el Perú se siente afectado por lo que viene sucediendo en varias regiones del país. Tal parece que la madre naturaleza se ha ensañado con nosotros. También se escucha decir que esto es el anuncio del fin del mundo. Es el apocalipsis, y que los jinetes se ven cabalgando entre las nubes. Ni lo uno ni lo otro. La naturaleza no se está vengando de nadie ni las trompetas del juicio final están sonando. Tan solo son eventos que se presentan y que una vez más nos agarra con la guardia baja. Eso sí es lo malo. Por más que estos hechos sean impredecibles, todos sabemos que son pronosticables y por lo tanto debemos estar siempre preparados. Pero, simplemente no aprendemos, pues.
Y se llama Perú
Lo que si debemos tener todos muy en claro es que estos no son momentos de dimes y diretes, sobre todo los políticos. Nuestras autoridades de todos los niveles, aquellos que están haciendo su campaña porque quieren ser los próximos elegidos, todos, debemos dejar colgado tras la puerta, ahí en el perchero, nuestras mezquindades y rivalidades. Son tiempos en que debemos poner el hombro y estar unidos por los que hoy sufren, por los que lo perdieron todo en un abrir y cerrar de ojos. Por los que lloran a sus seres queridos. Es tiempo del Perú y de elevar la bandera bicolor y sentir que Sí se puede.
Cuenta conmigo Perú
Algunos loretanos están comentando sobre todo en las redes sociales, que los costeños, y principalmente los limeños están sintiendo en parte todo lo que nosotros sufrimos allá por 1998 y el 2012, donde la gente casi duerme y vive sobre el techo de sus casas por las fuertes inundaciones. Pero, vamos, eso es cierto, pero también es real que nosotros somos solidarios y hoy con mayor razón no podemos perder ese don. A nosotros los loretanos no tiene por qué movernos nunca la venganza o revancha, más en situaciones como estas. Así que, vamos paisanos todos somos peruanos.
Déjense de pelear
Hay que exigir a nuestras autoridades en todos los niveles de gobierno, principalmente en nuestra región, que debemos estar preparados por si se presenta un evento de la naturaleza que puede ponernos en situación de emergencia. Más vale prevenir que lamentar, así que deben dejarse de mirarse mal y trabajar por el bien y la seguridad de todos los loretanos. No aceptamos pretextos ni argumentos tontos para que en estos momentos se estén queriendo jalar los pelos o sacar los ojos. Eso no.
Comba cuentazo I
Les queremos contra un cuento. Primer acto Un día una abejita quiso construir su panal, para eso contrato a un ingeniero, ella le dio las características de cómo quería su futuro hogar, por lo que el profesional de la construcción le cobro 759 mil soles. Sin embargo al poco tiempo, cuando ni siquiera sembró las bases para la columna, este constructor le sale con la cantaleta, de que no le va alcanzar el presupuesto y por lo tanto necesitaba que la abeja reina le pague un adicional de 103 mil soles.
Comba cuentazo II
Segundo acto. Su alteza muy presta y generosa decide firmar la orden de pago al contratista. Sin embargo el pueblo, comenzó a darse cuenta que esta casa tenía muchas fallas las mismas que saltaban a la vista a medida que avanzaba lentamente.
Comba cuentazo III
Tercer Acto. La abejita al ver que todo se hacía evidente decide dar la orden de detener el pago. Claro, el roche ya era fuerte. El constructor molesto reclama el pago y exige a la susodicha que honre su palabra y firma. Pero, ella con su candidez y delicadez dice que no. En tanto los pobladores se quejan de la mala obra y exigen la intervención de las instancias respectivas. ¡Cómo se llama la obra! Paga la cuenta sin vergüenza.
La mochila azul
El tema de las mochilas agarró con la guardia baja a los del Gorelor, por lo menos hasta el cierre de edición no hemos escuchado algo concreto, convincente y creíble, tan solo las palabras del profesor Ángel Vela, que dijo en un principio no tener vela en este entierro, para luego salir con argumentos realmente tirado de los pelos. Con esto solo hace crecer más las sospechas de que algo huele mal en este caso. De que se trató de favorecer a alguien y que, seguramente, ese alguien sabrá ser agradecido por el gran favor que le han hecho en la gestión regional naranja.