Por:Javier Vásquez
Hay enfermedades muy comunes y muy difíciles de ver que nos rodean todos los días, inclusive las podemos padecer sin darnos cuenta de ello, y son las enfermedades mentales.
El estrés: se puede experimentar estrés cuando uno se enfrenta a situaciones peligrosas o muy difíciles de manejar. Entre los síntomas están la ansiedad y la tensión, la preocupación incontrolable, irritación, distracción, y dificultad en aprender cosas nuevas.
La neurosis: aquí no existe alteración de la personalidad. Las principales neurosis son la ansiedad, el pánico, la fobia, el desorden compulsivo-obsesivo, y el estrés postraumático.
La hipocondría: es un desorden neurótico en el cual la persona canaliza las ansiedades, las preocupaciones y los pensamientos obsesivos para convencerse de que tiene una enfermedad específica. Los hipocondriacos están preocupados porque creen padecer una enfermedad, aunque los resultados médicos indican lo contrario y gastan mucho tiempo y dinero visitando doctores y haciéndose varios exámenes. Las relaciones entre estos enfermos y los doctores son, en muchos casos, conflictivas; hasta el punto en que una verdadera enfermedad puede llegar a no ser no diagnosticada por aquellas personas que están cansadas de atender enfermos mentales que previamente han insistido en una enfermedad que no existe.
La esquizofrenia: es un conjunto de severos síntomas psicológicos los cuales hacen difícil el trabajar, jugar y estar con otras personas. Los síntomas incluyen ilusiones (creencias irracionales), alucinaciones (experiencias sensorias sin que exista estímulo), pensamiento y habla incoherente, paranoia o ansiedad intensa e incontrolable y un comportamiento extraño. También existe pérdida de experiencias y expresiones emocionales, de poder e iniciativa, inhabilidad de experimentar placer o de interesarse en cosas, y aislamiento de personas.
La paranoia: En esta enfermedad el paciente presenta niveles exagerados de sospecha y desconfianza, creen que son víctimas del odio, celos y resentimientos de otras personas.
La persona que sufre de paranoia esquizofrénica tiene presentimientos de que va a ser perseguido por otros, como el vecino, el gobierno, o un extraterrestre; o por personas especiales tales como » el Mesías» (un presentimiento de grandiosidad).
La persona paranoica parece normal, pero es sospechosa, desconfiada, hostil, controladora y rápida para desarrollar resentimientos y celos. Algunos hombres que golpean a sus parejas sufren de esta enfermedad mental.
La manía: Es un período (por lo general de una semana a un mes) en el cual la persona es y se siente muy feliz, habla mucho, es activa e impulsiva. En muchos casos, la persona, a pesar de sentirse feliz, puede llegar a sentirse nerviosa e irritada. Muchos maniáticos parecieran tener una energía infinita y solamente necesitan pocas horas de sueño.
Con la manía en su forma intermedia – la hipomanía- e individuo puede llegar a ser muy creativo y productivo en su trabajo. En sus diferentes formas la persona se convierte en psicótica, es decir, pierde la habilidad de pensar correctamente y hacer juicios realistas a la vez que puede experimentar alucinaciones. Muchos individuos tienden a ser impulsivos, demandantes, agresivos, lo cual resulta en gastos enormes de dinero, consumo excesivo de alcohol, promiscuidad sexual y problemas con la ley.
La demencia: se refiere a una disminución o deterioro generalizado de las facultades intelectuales, como la pérdida de memoria, atención y pensamiento abstracto. La persona que sufre de demencia se puede perder fácilmente y puede ser incapaz de hacer cosas simples como volver a entrar a la casa después de que haya puesto llave a la puerta. La depresión y la paranoia están usualmente asociadas con la demencia, y algunos dementes desarrollan alucinaciones. Uno de los mejores ejemplos de demencia es la enfermedad de Alzheimer, la cual empieza típicamente a los 55 años.