En uno de los parajes más apartados de la frontera con el Brasil fueron recientemente encontrados miles de libros dispersos, abandonados y como pasto de alimañas. Los ejemplares no tenían títulos, habían perdido varias páginas y mostraban otros deterioros, y nadie  sabe hasta la fecha cómo es que esos ejemplares arribaron a lugar tan apartado. Se supone hasta el día de hoy que esos libros eran parte de una dotación oficial para donar a algunas escuelas rurales de esa zona apartada de la región, pero que en realidad no llegaron a su destino por distintas razones, entre las cuales se contaba la falta de dinero para pagar el transporte. Ese dinero iba a venir en cualquier momento pero nunca salió de las arcas fiscales y hasta la fecha no se tiene noticia de esa partida que al parecer se perdió en alguna parte de su recorrido.

Los libros fueron recogidos por altos funcionarios del sector educativo y luego de ser recompuestos, parchados, arreglados, fueron a parar a  una dependencia oficial desde donde iban a ser entregados en donación a estudiantes de las escuelas fiscales de la ciudad de Iquitos. Pero por alguna razón no se produjo la entrega anunciada y los libros desaparecieron sin dejar rastro, hasta que años después fueron descubiertos en una casa abandonada. Eran los mismos ejemplares de aquella frontera y otros altos funcionarios dijeron que esos ejemplares no estaban abandonados ni botados,  sino que esperaban el respectivo presupuesto para ser distribuidos equitativamente.

En otro lugar esos ejemplares fueron a parar hasta el día de hoy y luego de ser rescatados por celosos padres de familia han pasado a formar parte de una librería informar y de suelo, mientras otros funcionarios educacionales siguen esperando el dinero para ser repartidos entre los estudiantes de ambos sexos de las escuelas públicas.