Joaquín está preparándose el desayuno, un par mas uno de huevos revueltos con cebollita picada y su batido multisabores: tres guineos, una raja de papaya, algo de chía, tres cucharadas de avena, una de 7 semillas, otra de mermelada, dos vasos de agua, buen provecho y a su salud. La mesa del comedor, aparte del alimento, contiene hojas en blanco, una con escritos y lapicero negro que sirvió para escribir la carta de amor a una bella princesa. Joaquín tiene veintisiete años, cuando tenía trece, sus padres se separaron, él se quedó en Iquitos a vivir con mamá y papá cambió su descanso de la compañía a Talara, se fue con Hernán, el hermano mayor. Joaquín siempre fue mas intro mientras que Hernán era extrovertido a todo dar, uno era casero, el otro barrio; el menor bueno con el internet, el mayor bueno con la labia; no obstante, a pesar de las ambivalencias se amaban mucho, entre ambos respetaban códigos de sangre que no incumplían. Hace 9 años que no se abrazan, Hernán, propio de su espíritu aventurero, a los pocos meses que pisó Talara se lanzó de mochilero por el Perú con un grupo de jóvenes extranjeros que conoció algún fin de semana en Máncora; ocasionalmente, los hermanos quedaban en reencontrarse en cualquier punto medio para ambos, pero como Iquitos es una isla, se veían a las veces que el menor viajaba a Lima o Pucallpa, Yurimaguas o Tingo María, pero desde que salió del país ya no se ven. Hace tres años Hernán se casó con su acompañante de viaje uruguaya, se estabilizaron en la ciudad de Salto, Uruguay y hace seis meses nació la preciosa Guidaí. Hernán quería mucho a Joaquín, por eso en constantes que conversaban éste le decía “papito lindo, tu serás el padrino de mi cría, me comprometo a cumplir mi palabra, ñaño acuérdate ah”.
Guidaí será bautizada al estilo de la comunidad ancestral de Chile y Argenita, los Mapuche -Mapu= Tierra; Che= Hombre-, que tienen por tradición prender una gran fogata en medio de un círculo de piedras con un fondo musical compuesto por instrumentos rústicos como tambores y didgeridos, (especie de trompetas con sonidos graves de raíces autralianas). Como Joaquín no estará presente, el maestro que guiará la ceremonia pidió que el padrino escribiera una carta a la bebé y es por eso que una de las hojas en blanco que está sobre la mesa del comedor, no está en blanco:
“Amada Guidaí, aún no te abrazo pero ya te siento, se que eres muy tierna y se que cuanto te tenga en mis brazos me sonreirás, ya que veo las fotos que me manda tu papá y en todas estás risueña, yo se que paras feliz porque sientes mucho amor de parte de y hacia tus padres, entonces como yo también tengo harto amor que te corresponde también me pararás regalando sonrisitas cautivadoras. Princesa Guidaí, tus padres me confían tu apadrinamiento, será una de mis mayores responsabilidades, como tal, toca estar al nivel de tan honrosa mención que se me otorga. Me comprometo a guiarte por los lindos caminos de la vida y enseñarte a salir de los laberintosos. Mi coqueta Guidaí, una princesa como tú merece conocer la belleza en todo su esplendor, desde que mis hermanos te concibieron supe que tu rostro será digno de Dioses, ahora, como tu centurión, te puliré como al tesoro más valioso, de tu ser brotará el conocimiento y la sabiduría que te corresponde al provenir de sangre de nobles, sangre amazónica. Guidaí, cuando no esté a tu lado, recuerda que estoy en ti y tu en mí y que los ángeles de la humildad, la sinceridad, la belleza, la inteligencia, la felicidad, el amor y la consecuencia sean los que alumbren tus firmes pasos. Princesa Guidaí, tu nombre significa Luna Llena, te bautizamos en noche de luna llena, los que estamos presentes en físico, y los que estamos unidos por las raíces de nuestra selva te amamos mucho. Hija mía, serás grande, no me es necesario verlo para saber que darás mucho por este hermoso mundo, tu nacimiento es causa fiel a la mejora de nuestro medio y nosotros, los tuyos, estaremos para ti. Te amo Princesa Guidaí, la luz, la paz y el amor que sigan brillando en ti.
Con leal amor.
Tu padrino Joaquín.
Posdata: Hernán, hermano mío cumpliste tu compromiso, yo cumpliré el mío campeón, te amo.