[FAMILIARES MANIFIESTAN QUE NO ERA INVASOR Y PIDEN JUSTICIA].

La delicada situación en la que se encontraba el joven era de preocupación pues por más que los galenos esperaron para que parte de la masa encefálica desinflame y así puedan remover el proyectil alojado en un rincón de la cabeza fue en vano.

Las pocas probabilidades de vida que tenían los médicos sobre la salud del adolescente que fue alcanzado por un proyectil se confirmaron la mañana de ayer luego que el lastimado cuerpo de Raúl Vigo Marapara de 23 años no resistió más y dejó de existir sumando en la más profundo tristeza a sus familiares. Eran al promediar las 08:00 de la mañana, cuando la noticia resonó los pasadizos del hospital César Garayar García y es que personal médico confirmó la muerte del joven.

Según informaciones recibidas de los propios familiares el también estudiante de Ingeniería no era parte ni tenía vínculo con los invasores por lo que califican su deceso como un crimen y responsabilizan directamente a la policía por lo ocurrido. Entre abrazos y lamentos los familiares solicitaron justicia e indicaron que presentaran la denuncia respectiva ante las autoridades. “Lo mataron por estar en el sitio y momento, tienen que haber responsables que deben pagar por este crimen pues no puede quedar impune. La salud de Raúl era bastante delicada y los médicos dijeron que si pasan más de cinco días podría ser que salga de esta complicada situación pero no fue así”, señaló el pariente. Las muestras de dolor y resignación de los familiares fueron muchas y mientras el cuerpo era sacado cubierto por una sábana blanca lo que significó en llanto y suplicas por el cadáver inerte que inmediatamente fue recluido en la Morgue del nosocomio para proceder a solicitar la presencia de la empresa funeraria. Asimismo, se conoció que el velorio se realiza en la vivienda de la madre del fallecido ubicado en la segunda cuadra de la calle América, en el sector de Cardozo, distrito de Belén. (M. Lizarzaburu)