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Qué acto más hermoso. Qué momento para cantarle a la vida y decirle a esta Amazonía resentida, a veces, por la actitud irresponsable de sus propios habitantes, que no todo está perdido. Que hay personas e instituciones, que realizan una labor encomiable. Devolver esta criatura totalmente restablecida a su hábitat, el río, pues no tiene precio, tan solo la felicidad de haberla rescatado, cuidado y luego dejarla junto a los suyos. Los manatíes no están solos, ellos creen en sus amigos de CREA. Y ojalá puedan confiar también en todos nosotros.