Que complicada y atractiva es la vida para los que piensan, meditaba Salomón Puentes mientras cumplía con su rutina de trote tres veces por semana en la recta de la avenida Cáceres. El mejor amigo de un ser es su mente, siempre que ese pensar esté abundante de lecturas, viajes, relaciones y demás acciones nutritivas, sucesos relativos; ya se acaba el año, toca dar el veredicto 2015. Un tesoro tan valioso como la familia es la amistad pero la verdadera, cualquiera se puede jactar de los años que lleva con su cónyuge; no obstante esa variable no es factor determinante para la presencia del amor. Bastantes relaciones tienen buen tiempo pero conviven tóxicamente, ellos argumentan que “es normal haber discusiones y pleitos”, Salomón enfatiza en la hipocresía de esa frase y la relaciona con el otro fofo dicho popular “que robe pero que trabaje”. La juventud en Loreto abarca casi el 30% de la población total, una gran cifra que puede modificar realidades desagradables, pero muchos andan con el cerebro sólo de corona y no le brindan el debido uso. Cúmulo de jóvenes se quedaron en la etapa de la adolescencia, donde el temor y la inseguridad de sociabilizar hacían que broten inconsecuencias, chismes, burlas, flojera, golpes y desviaciones; esos malos hábitos no se aprenden del papá directamente, la figura masculina no es muy activa, muchos señores creen que por cumplir con el alimento, la vestimenta y la mesada ya resolvieron su labor paterna, demasiados estudios e investigaciones científicas confirman la importancia de proporcionar refuerzos positivos a los hijos para sus buen desenvolvimiento. Los partidarios del machismo intervienen diciendo que los abrazos, besos, caricias y palabras emotivas son para las niñas, al hombre se le prepara con voz y mano fuerte; esos mismos son los que después andan lamentándose repitiendo “cría cuervos y te sacarán los ojos”, claro pues, que más se puede esperar de un hijo que tuvo crianza distorsionada, uno da lo que recibe, nada se pierde todo se transforma cantaba un trovador. Todos tienen la capacidad de cambiar lo actual, a eso se refiere el Génesis cuando menciona que fuimos creados a imagen y semejanza de los Dioses, que patético se escucha a jóvenes que excusan su inactividad so pretexto que en casa no recibieron orientación adecuada, la resiliencia se ríe de ellos. Salomón está por llegar al cruce con la calle Bolognesi y anda con esos pensamientos porque se acaba el año y tiene que ponerse metas para el 2016, del mismo modo que al terminarse el 2014 se propuso dejar de ser ocioso, belicoso y retraído –obtuvo nota 14, no tan buena pero aprobó-, ahora se proyecta a dejar aquellas amistades que sólo las tiene por costumbre o pose, concientiza en el hecho que es mejor pocas personas al lado, amigos de calidad, que inspiren motivación, respeto, confianza, admiración; que pseudoamigos activos para la juerga, el raje, las apariencias, el quién tiene más, pero que no están presentes en los logros de uno. Salomón llega a la conclusión que este nuevo año está en él mismo, hacer de su carga mucho más ligera, ¿la manera?, dejar de frecuentar amistades endebles que no se ponen la camiseta de la lealtad, que se esconden cuando la yuca quema y hasta se cambian de bando como buenos pajarracos. Puentes trae a la memoria a su ídolo el príncipe Aquiles, él fue instruido en el arte de las leyes y la guerra por el centauro Quirón, mitad bestia mitad humano; lo trae a la mente porque tiene en cuenta que no siempre se llega a acuerdos por medio de la palabra, hay personas que entienden después del pugilato, “no se puede dar nuestras joyas a los cerdos, las embarrarán”, está en la lógica de los pensantes manejar ambas artes y emplearlas con las personas adecuadas, si hombre respetado se quiere ser. Salomón está por llegar a la plaza 28, piensa ir al mercado Belén a deleitarse con un timbuche, se siente relajado, ejercitó su cuerpo y su cerebro.