[FUE CONTACTADA POR FACEBOOK Y ESTARÍAN IDENTIFICADOS].

La captura de los supuestos tratantes sería cuestión de días, debido a que están plenamente identificados, además que la denuncia hecha por los agraviados se suman otras demandas por similares delitos.

Una adolescente de 15 años de edad fue captada por sus tratantes por medios de las redes sociales y secuestrada por cinco días. El hecho ocurrió este último sábado cuando la menor identificada con las iniciales L. A. R de 15 años de edad salió de su vivienda ubicada en las inmediaciones de la cuadra 20 de la avenida Participación con dirección a la casa de un familiar cuando fue abordada por un motocarrista (que conoció por facebook) quien se ofreció a llevarla sin imaginar que desde ese momento su vida cambiaría para siempre.

El sujeto bajo amenazas y engaños la trasladó a la localidad de Nauta y por espacio de varios días permaneció secuestrada en una vivienda de dicho sector por una pareja (cuya identidad se reserva para no entorpecer las investigaciones), y por ello su madre acudió a la sección de Trata de Personas de la Policía Nacional para presentar la denuncia respectiva y le ayuden a encontrar a su menor hija. Luego de varios días la mujer recibió una llamada anónima que le indicaba que su engreída se trasladaba a bordo de un motokar por la zona de El Terminal por lo que inmediatamente la mujer solicitó ayuda a los serenos de San Juan Bautista le ayuden con la diligencia y fue así que madre e hija pudieron reencontrarse después de casi una semana de estar separadas por las oscuras y nefastas intenciones de una pareja que solo busca lucrar con la necesidad y la inocencia de las personas. “No quiere dar mayores detalles lo que pasó, lo único que dice es que le pintaban el rostro y la boca y, luego no se acuerda nada, la policía dice que es una mafia de tratantes quien buscan señoritas para prostituirlas, cuando ordenaron pasar por el médico legista arrojó positivo de violación, sea quien sea el culpable tiene que ir preso por lo que hizo”, denunció con lágrimas discurriendo sus mejillas su apenada madre. (M. Lizarzaburu)