[En el marco del Programa de Formación Profesional en Educación Inicial Intercultural Bilingüe].
En el Alto Napo la cultura está viva, pues todas las sesiones de aprendizajes se desarrollan en kichwa, de manera que las niñas y niños se comunican y desarrollan habilidades y competencias en su propia lengua. En el Medio Napo, los infantes están aprendiendo de manera oral algunas expresiones sencillas en kichwa, ya que es su segunda lengua. En este caso los formadores en la práctica pedagógica apoyan también a las estudiantes en el avance del aprendizaje de la lengua.
Bajada: También podemos constatar avances en la participación de las familias en el desarrollo de las sesiones de enseñanza-aprendizajes, se ha enfatizado para que su trabajo pedagógico de las estudiantes, no se circunscriba al aula.
En enero de 2015 se seleccionaron a 30 participantes mujeres del pueblo kichwa que se desempeñaban como profesoras en educación inicial en la cuenca del Río Napo, para participar del Programa de formación profesional en educación inicial intercultural bilingüe, que atiende el Instituto de Educación Público Loreto-Formabiap en convenio con el Ministerio de Educación.
Las estudiantes, actualmente desarrollan su práctica pedagógica en su fase a distancia en 28 Instituciones educativas de educación inicial (IIEEI) del Alto y Medio Napo. Durante esta fase, las participantes desarrollan su práctica pedagógica con niñas y niños de 3, 4 y 5 años. Asimismo ellas son acompañadas por un docente formador en la práctica cuya labor principal es realizar visitas y asesorar in situ a las estudiantes en los procesos de planificación, implementación, desarrollo y evaluación curricular a partir de la reflexión de su práctica pedagógica. Son 6 los formadores en la práctica pedagógica, cada uno tiene bajo su responsabilidad a 5 estudiantes, las cuales conforman una red. Hay 6 redes: tres en el Alto Napo y tres en el Medio Napo.
Las estudiantes se encuentran cursando el cuarto semestre IV de su formación profesional. Cada semestre tiene una fase presencial y una fase a distancia. La fase a distancia consta de 16 semanas. El formador en la práctica visita durante 3 días a cada estudiante. Luego que haya asesorado a las cinco estudiantes que están bajo su responsabilidad, se reúnen en una comunidad para socializar las fortalezas y debilidades del trabajo pedagógico de cada estudiante y además, asesorar en el desarrollo de los materiales autoinstructivos. El objetivo principal es buscar estrategias para mejorar sus prácticas pedagógicas. Este espacio se ha denominado círculo de inter-aprendizaje colaborativo (CIAC).
En este semestre los docentes formadores en la práctica pedagógica han realizado una primera visita que fue el 31 de agosto al 10 de octubre y la otra lo están realizando actualmente desde el 3 noviembre al 12 de diciembre.
Aunque es muy temprano para ver los resultados del programa, podemos mencionar como logro importante el uso y vigencia de la lengua kichwa en las IIEEI. Que todas las estudiantes sean kichwa ayuda a reforzar la identidad de este Pueblo y sobre todo la lengua. En el Alto Napo la cultura está viva, pues todas las sesiones de aprendizajes se desarrollan en kichwa, de manera que las niñas y niños se comunican y desarrollan habilidades y competencias en su propia lengua. En el Medio Napo, los infantes están aprendiendo de manera oral algunas expresiones sencillas en kichwa, ya que es su segunda lengua. En este caso los formadores en la práctica pedagógica apoyan también a las estudiantes en el avance del aprendizaje de la lengua.
Otra fortaleza del Programa es el vínculo de la Institución educativa inicial (IEI) con la comunidad. Se destaca la estrecha relación entre la docente de la IEI, las autoridades, y los padres y madres de familia de la comunidad. Se han realizado reuniones informativas sobre la importancia de la educación inicial y el aporte de las Asociaciones de padres de familia (APAFA) en la implementación de materiales educativos con recursos de la zona para las diversas áreas pedagógicas que facilita el trabajo en los procesos de enseñanza-aprendizaje de los niños y niñas. En el mes de setiembre durante una visita a la comunidad Diamante Azul se constató que la IEI tiene un aula ejemplar de acuerdo a los requerimientos del Programa. Esta IEI posee materiales propios hechos de greda (arcilla), chambira (fibra de una palmera), semillas, palitos elaborados con los padres y madres de familia. Es una forma de valorar la riqueza cultural del Pueblo. También se facilitó la organización y ambientación de los sectores del aula con los materiales que asigna el Ministerio de Educación (Minedu) y con los materiales propios que los niños y niñas van elaborando.
En esta fase de trabajo con la comunidad, se ha programado y ejecutado el proyecto “Huerto escolar”, instalándose en cada IEI un bio-huerto con siembra de hortalizas. Esto fue posible gracias al apoyo de los padres y madres de familia. Esta actividad productiva promueve complementar la dieta alimenticia de los infantes. Durante la ejecución del proyecto se desarrollaron actividades que fueron usados como herramientas pedagógicas.
Los niños y niñas están valorando las verduras que hay en la comunidad y conociendo otras verduras de otras zonas. Los formadores en la práctica han propuesto la programación de otros proyectos de acuerdo al interés y necesidad de los niños y niñas orientados a fortalecer capacidades y habilidades.
También podemos constatar avances en la participación de las familias en el desarrollo de las sesiones de enseñanza-aprendizajes, se ha enfatizado para que su trabajo pedagógico de las estudiantes, no se circunscriba al aula. Así, poco a poco se está implementando estrategias metodológicas para el trabajo en el aula y/o fuera de ella. En este caso se ha utilizado otros espacios socio-productivos desarrollados por los comuneros en la comunidad como escenarios importantes para el trabajo pedagógico con los niños y niñas. Fue importante la intervención y colaboración de las familias, en particular el conocimiento de los abuelos y abuelas.
Además, las estudiantes, están investigando sobre los juegos propios del pueblo kichwa. Ellas deben registrar en sus cuadernos de campo qué entretenimientos, según la edad del infante desarrollan las madres con sus hijos para estimular el desarrollo de habilidades. Pues, en todo pueblo indígena las madres desarrollan juegos instructivos para estimular los sentidos (vista, oído, olor, tacto, sabor) o motricidad gruesa y fina para que su niño o niña adquiera destreza en una actividad. También se las ha indicado registrar las curaciones que realizan las madres para que sus hijas o hijos sean hábiles en el desarrollo de diversas actividades y también para desarrollar capacidades comunicativas y de memoria.