COLUMNA: PIEDRA DE SOL

                                                                                       

   Por: Gerald  Rodríguez. N

Alguien dijo que Iquitos es una ciudad novelesca, y como iquiteño tomo la frase como una verdad que nos puede alegrar o que nos puede herir. Y es que Iquitos no  solo es una ciudad del misterio, una ciudad, que cuando era un pueblo, ante de la llegada de los primero españoles, se rehusaron a ser conquistados. Iquitos, una ciudad tan compleja y tan hermosa, tan distante y tan vacía, una ciudad que nos ha domesticado a su tiempo, a sus cambios, a su cultura, pero que aún guarda en sus fronteras todo un sacramento, que no solo hace falta descubrir, sino con ello también comprenderlo. Pero, cómo comprender si se ha dicho poco de ella, de Iquitos, de la cual hasta en las páginas del tiempo guardan recelosas el corazón del hombre amazónico.

Por Iquitos se viene anunciando la publicación de un libro importantísimo, no para sanar la cicatriz de la historia, sino para curarla, para cerrarla de una vez con esa mirada distinta que tanto nos hace falta, para entender la razón de por qué Loreto necesita un verdadero progreso. Se trata del libro La frontera domesticada,  de Fernando Santos Granero y Frederica Barclay,   que será publicada por la editora Tierra Nueva, que ya en su galería de publicaciones, busca tejer el entendimiento de toda una ciudad y toda una región, a través de tiempo, que hasta ahora es difícil comprender. Y es que la Frontera Domesticada, representa uno de esos libros que desmitifica los análisis y las tesis de muchos trabajos que trataron de acercarse al entendimiento de lo que pasó desde el periodo de 1980 hasta el 2000, en los asuntos  económicos, sociales y políticos en la región loretana. El libro aclara muchas dudas que nos será fácil entender todo el presente

La publicación se centra justamente en ahuyentar aquellas conclusiones fantasmas de lo que se dijo y se creía de la ciudad de Iquitos, sus repentinos cambios, sus accionares citadinos, los elementos que hacían el leve progreso, su avance,  para reconstruirlo, explicarlo y entenderlo hasta dejarlo con memoria en su tiempo entero.  Sus planteamientos van  hacia la  explicación de un problema latente hasta hoy en la región y sus planteamientos vana de como este problema puede irse superando desde la política reorganizativas para el desarrollo y fortaleciendo de la ya ejecuta descentralización.  Pero su mayor valor está justamente en el planteamiento del problema, que no lo recrea, sino que lo va reconstruyendo desde un paso a otro, para entender el contexto actual, sus complejos económicos que han impedido avanzar, y sus movimientos sociales que no deja de ser determinante en los cambios de todo progreso.

Construir y descontruir para adecuarnos en estos tiempos modernos solo nos puede ayudar el regreso al pasado, a la historia de la cual nos servimos para afrontar nuevos retos, entenderlo, y enfrentarlo. Entender el avance colonizador de Loreto hasta nuestro días ha sido la ardua tarea que ahora este trabajo conocerá su difusión en nuestra región, que como visto, ni los políticos que ostenta el cargo de gobernadores, ni los que están en el gobierno, conocen, comprenden el pasado y retan al tiempo, para desmitificar los falsos ideales que nos quieren vender con el regreso del perro del hortelano.