[CURÁNDOSE EN SALUD].
Javier Vásquez
Es el cáncer ginecológico que mata más mujeres en el Perú y es un problema grande de salud pública que aún el Ministerio de Salud no decide afrontarlo con la energía que merece.
Su origen está fuertemente asociado a la presencia del Papiloma Virus Humano (PVH) que se transmiten por contacto piel a piel, generalmente por las relaciones sexuales. Existen más de 100 tipos de este virus y se clasifican en los de alto y bajo riesgo oncológico. Generalmente los de alto riesgo, que son más de 30, potencialmente pueden llevar a la aparición del cáncer y siendo asintomáticos; mientras que los de bajo riesgo cursan a veces con la aparición de verrugas anogenitales.
El PVH puede llevar a la aparición de cáncer de cuello uterino, vulva, vagina y ano en las mujeres y de pene y ano en los varones.
La mayor parte de infecciones por PVH desaparecen espontáneamente entre uno y dos años, si persisten, se corre el riesgo de desarrollar el cáncer de cuello uterino.
Muchas personas se pueden infectar a edad temprana con el virus y luego de algunos años transmitirlo a su pareja. La citología anual del cuello uterino o Papanicolaou nos permite, en un cerca al 80%, diagnosticar anormalidades en las células causadas por PVH. Estas lesiones, para desarrollar a cáncer, toman entre 10 a 15 años lo que permite, con estos exámenes anuales, un diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno.
El Papanicolaou no identifica el virus, para ello existen otras pruebas tales como la captura híbrida que permite identificar al PVH de alto riesgo. El único problema es el costo, que está por encima de los 400 soles, y que el estado debe buscar estrategias para que se pueda aplicar al mayor número posible de mujeres.
Actualmente no existe tratamiento específico para infecciones con PVH; lo más adecuado es la eliminación mediante cirugía de la zona afectada, que muchas veces consiste en la excéresis de una pequeña parte del cuello uterino y que es curativa. La prevención está, y no en el 100%, en el uso de preservativos en las relaciones sexuales.
Existen vacunas contra el PVH, sobre todo contra los tipos 16, 18, 6 y 11 que son los causantes de la mayoría de verrugas genitales y cáncer de cuello uterino, pero no tienen ningún efecto sobre mujeres que ya están infectadas con dichos virus o ya tienen lesiones cervicales. Se aplican en niñas a partir de los 11 años. El Ministerio de Salud tiene un cronograma de vacunación gratuita a niñas a través de los hospitales.
Ahora bien, se debe ampliar la cobertura del Papanicolaou en todas las mujeres de la región. Todos los días en los hospitales de Iquitos tenemos hospitalizadas pacientes que nunca se han tomado uno, con diagnóstico de cáncer de cuello uterino que está comprometiendo a otros órganos, inoperables, siendo la radiación y la quimioterapia las únicas opciones de alargar su vida pero en la mayoría de veces con una calidad de la misma disminuida.
Esta prueba, junto al IVAA, que es la inspección del cuello uterino con ácido acético (vinagre) y que lo puede realizar cualquier personal de salud capacitado permite diagnosticar a tiempo lesiones pre malignas que son fácilmente tratadas. Para ello se debe capacitar a más personal de salud, dotar de insumos y ambientes para la realización de estas pruebas, sensibilizar a la población de la importancia de los exámenes periódicos lo que evitaría pérdidas de vidas. Todo esto se debe realizar, debemos organizarnos y exigir al Ministerio que encabece esta lucha que la está haciendo a medias.