COLUMNA: PIEDRA DE SOL
Por: Gerald Rodríguez. N
¿Qué se pretende hacer de la literatura Amazónica, peruana y latinoamericana y mundial? El mundo literario se ha divido por siempre en dos esferas: la mala literatura y la buena, aunque lo más discretos dirán que hasta de la mala literatura se puede sacar algo. Pero ¿dónde queda la creatividad, la estética, el valor humanísticos, y más que todo el valor del tiempo la cual registra toda buena literatura, en tantos libros folclóricos, de mala calidad creativa, nada convincentes, más bien distorsionando lo bueno del mito popular, dejándole en el piso, pisoteada, deforme, en historias que llaman literatura amazónica?
Que lo dejen en sus editoras empolvándose, y que solo se difunda en sus minúsculos grupos que es siempre algo que no tiene que pasar sus fronteras; pero de ahí a meterse a las escuelas, llamarse partes del Plan Lector Escolar, buscar ganar regalías por eso, jugando con la calidad educativa, literaria de los niños y jóvenes, que por cierto, piensan que la verdadera literatura debe seguir permaneciendo en su calidad altamente creativa. En toda la región de Amazonas, San Martin, y de Loreto, esta mala literatura, con las editoriales como Trazos, Pasacalle, etc, buscan meterse al mercado educativo vendiendo gato por liebre, vendiendo mala literatura por buena, y más aún, por amazónica, que como títulos: Yakuruna, Tierra de ícaros, Letras indígenas en la literatura Amazonica, Río Indigo, entre otros, y como autores de nombre, Darwin Cordova Vasquez, Luis Carlos Murayari Coral, Roger Rumrrill, Cayo Vásquez Pinedo, Elsita Angulo Vásquez, Luis Alberto Vásquez Vásquez, Miuler Vásquez González, etc., están haciendo de este oficio un negocio forzado para la mediocridad de los lectores. Es justo y necesario siempre reconocer tales títulos y tales nombres de quienes pertenecen a esta gran estafa literaria que ahora se pretenden apoderarse de los colegios en masiva para el próximo año y de las futuras mentes que, no solo verán a la literatura amazónica con esa calidad mala, sino que se les podrá negar de tales posibilidades, del verdadero gusto de una buena literatura, ya que el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Educación y otras entidades responsables no hacen nada para controlar y medir la buena calidad de libros que deben entrar a las escuelas, o que pretenden mejorar la tan ansiada comprensión lectora en esas regiones. Este amarre entre los docentes de comunicación, el jefe de área y el director de las instituciones educativas han ido haciendo de la comprensión lectora un negocio redondo con las editoras, que insinuando su buena calidad, hacen que estos libros estén en el catálogo del plan lector de las escuelas, y que por supuesto, los estudiantes tendrán que comprar, ya que el MINEDU tampoco vela por la mejora de este mal.
Esta niña mala se está metiendo en las escuelas, a causar desorden formativo, caos pedagógico, desorientación entre los que necesitan de la tan ansiada calidad educativa. Y la calidad educativa no solo se consigue con ostentosas infraestructuras, docentes capacitados y currículos innovadores, también está la formación humanitaria, artística y estética que el estudiante tiene que vivir no solo por puro goce estético, sino que el arte justamente alimenta la conciencia, la criticidad, la creatividad y el valor humano, cosa que estos libros no pretenden ni tan solo dar en uno de estos clavos.