El zorro adivino, el animal que acertadamente pronosticaba los triunfos de la selección chilena de fútbol durante la Copa América, fue sacrificado brutalmente. El hecho ocurrió en Santiago horas antes del partido  oficial por las clasificatorias a Rusia. El autor de semejante hecho de sangre fue un aficionado de armas tomar que no soportó que el espécimen vaticinara que Perú iba a ganar en el encuentro que se jugó anoche en Lima. La prueba habitual donde el zorro elegía el nombre de uno de los equipos que le ponían al frente, resultó que daba como ganador al irregular equipo incaico. No podía ser verdad aquello. Era inevitable que se volviera a repetir la prueba y resultó que el animal seguía en lo mismo.

Ello no podía ser. El aficionado de marras, descontento con ese resultado, esperó la ocasión para perpetrar su crimen y estranguló al zorro vaticinador. El cuerpo malogrado del animal fue arrojado a la pista de una de las calles de Santiago donde casi es aplastado por un camión de carga. El público  se sublevó ante esa muestra de crueldad evidente y pidió la pena capital para el asesino. El animal sacrificado por un desalmado fue velado con todas los de la ley en una casa de caridad y recibió después cristiana sepultura.

Antes del entierro el aficionado fue capturado cuando intentaba huir a Buenos Aires. En el juicio que se le viene siguiendo, el criminal menciona su profundo rencor contra el zorro canalla que dio como ganador al equipo  peruano como si tal cosa, como si se tratara de una broma de mal gusto, sin considerar que la escuadra chilena era una potencia a nivel continental. Luego se negó a pedir perdón por su delito y declaró desafiantemente que  volvería a cometer su fechoría.