En una concurrida parrillada el señor Epifanio Flores fue inscrito en el padrón de la pensión 65. Como es sabido el alto funcionario del gobierno regional con sede en Requena es decidido y atribulado militante de la pobreza extrema. No tiene donde caerse muerto y en su casa tiene apenas una silla donde sentarse, y por esa razón no paga sus arbitrios ediles desde hace años. Es un deudor en otros predios y desde hace tiempo venía solicitando su salvadora pensión 65. Pero por diversos motivos no pudo tener acceso a esos suculentos 250 soles.
En su discurso de ingreso a la afamada pensión 65 el señor Flores derramó algunas lágrimas y agradeció a los funcionarios de la pensión por haberle considerado en la lista. Dijo que la pobreza extrema le perseguía desde que nació y que para él 250 soles cada dos meses eran una fortuna y que ese dinero le iba a alcanzar para hacer préstamos a los maestros y a otros servidores públicos. Luego con las ganancias de la usura iba a poder pagar sus abultados arbitrios municipales.
Los meses y los años pasaron y el señor Epifanio Flores era visto pidiendo limosna en los principales bares de Requena. En ese tiempo ya había cobrado varias veces la pensión 65 e hizo, inclusive, sus famosos préstamos que le valieron ingentes ganancias inescrupulosas. Todo el mundo pensó que por fin Epifanio Flores iba a pagar sus retrasados arbitrios. Pero para sorpresa general no pagó no pagó ni un céntimo de su abultada deuda. El señor Flores respondió a las críticas que seguía en la pobreza extrema. No podía salir del abismo y suplicó que le subieran el monto del dinero que recibía. El colmo fue cuando hubo una denuncia contra él por regalar a los posibles votantes todo el dinero de dicha pensión 65.