ESCRIBE: Darwin Arévalo
Hola Kori, hoy cumples tu primer año y veo que has crecido bastante, sin duda serás alta como mamá y por supuesto, hermosa.
Siento que nunca te fuiste, sé que estás con nosotros en cada momento de nuestro caminar, sé también que eres muy feliz allá en el cielo, porque el cielo existe y de eso estoy muy seguro, cuando partiste supe que tu viaje era lento hacia esas alturas a donde aún no puedo disfrutar de su paz, quería irme contigo pues no encontraba calma hace un año atrás.
Ayer le dije a mami que mandara a prepararte unos Cupcakes, pues iremos a cantarte el tradicional “Feliz Cumpleaños” allá donde físicamente te encuentras, quizá ya estemos aquí disfrutando los recuerdos de los siete días que estuviste con nosotros. Yo te veo a cada instante, y no exagero.
Yo, Kori Amira, mi Princesa de Oro puedo sentir tu presencia aquí, justo en este momento, siento que me ves y yo te veo, hay mucha diferencia en estos sentidos pero para mí ya es mucho.
Kori, te cuento que Jesús Adriano siempre te agradece al término de las comidas. Él dice: Gracias Mamá, gracias Papá, gracias Carmen, Gracias Kori Amira y gracias Yana. Él también te extraña y aunque nunca te conoció viva, yo sé que juegas con él, en algunas ocasiones nos dijo que hablaba contigo o que jugaba contigo, en una sonrisa cómplice solo callamos, pero hoy te escribo en esta carta algunos detalles que ya conoces bien.
Kori, aun no me has contado si es que ya caminas, sé que vuelas como los angelitos pero te imagino aun gateando, me pregunto si ya debes caminar, o ya das tus primeros pasos de la mano de mi ángel de la guarda o el de mamá, imagino que eres muy hábil como Jesús Adriano quien ya daba sus primeros pasos antes del año.
Quiero regalarte algo, no sé qué! estoy algo nervioso, quizá un peluche que te acompañe, quizá una sonaja bulliciosa, o un aparatito de esos que emiten dulces melodías, la verdad no sé. Sin embargo amada hija hoy quiero prometerte mi amor eterno, mi amor hacia tu hermano Jesús Adriano, mi amor hacia tu mami Fiorella quien aún te llora en las noches de lluvia, y sobre todo a Darla Fernanda, prometo protegerlas de todo mal y peligro.
Hermosa hija, te veo también en la misma incubadora donde se encuentra tu hermanita, te veo ahí, pero no con sondas, te veo de blanco y con mucha luz, que al mismo tiempo calienta al cuerpo desnudo de Darlita, te veo y sé que ella estará bien porque tus ojos me lo dicen porque sé que viniste a este mundo a cumplir una misión.
Tu misión que causó dolor pero significó esperanza, significó fe y confianza, significó alivio, nos enseñó a curar heridas y a no herir más, tu misión en este mundo fue grandiosamente en convertirte en el ángel de la guarda de tu propia hermana, además de conciliadora de tus padres y tu hermano ante Dios. Hoy ya no duele como antes, hoy sonreímos un poco más. Feliz cumpleaños mi amor.