Exposición de inventos escolares
El tren que iba a partir del poblado de Aucayo con rumbo al distante río Yavarí, era una obra necesaria que se quedó en la nada, en el archivo de las cosas nunca hechas. La costumbre de no hacer lo que se debe nos acompaña hasta ahora. Iniciativas interesantes, inventos importantes, ideas con brillo, surgen a cada rato entre nosotros, pero nunca llegan a concretarse. Quedan en el catastro de los desperdicios. Seríamos otros si es que aprovecharíamos la capacidad inventiva de tantos. Pero eso es como pedir algo imposible. Peras al olmo. Siempre andamos imitando lo ajeno, importando como alineados.
Lo anterior nos viene como un lamento y nos sirve para mencionar los sorprendentes logros y aciertos de la vigésima Feria Regional Escolar de Ciencia y Tecnología. En el evento que se viene realizando en el San Agustín, sin grandes gastos, sin mayores alardes, aplicando la creatividad, alumnos y alumnas de tantos colegios amazónicos exponen al público sus inventos. Lo cual demuestra que las nuevas generaciones, los que mañana más tarde tomarán en sus manos los destinos de esta región, no suscriben la frase de Santiago Zavala: En qué momento se había jodido el Perú.
Este país múltiple, esta región variada, no pueden estar en el pantano del desastre si es que hay la capacidad de hacer cosas, de crear soluciones para beneficio de la población. En la ilusión y en la labor de tantos y tantas, hay todavía una reserva que en su momento puede y debe ser aprovechada. Ese entusiasmo, que puede al final ser la única sabiduría, como decía el poeta Martín Adán, contradice el pesimismo habitual, la desesperanza de siempre. Entonces el futuro existe, y está en nuestras propias manos. Sólo que todavía no aparece una clase dirigente capaz de entender eso.