[Por: Moisés Panduro Coral].
Pilar Nores, nuestra ex Primera Dama de la Nación, ha desatado una polémica al declarar hace unos días con entera convicción que el Perú merece un tercer gobierno del Partido Aprista, afirmación con la que, por supuesto, estoy plenamente de acuerdo. Uno de los intervinientes en la polémica ha sido el Presidente Humala quien intentó desacreditarla haciendo referencia a una inventada mezcla de “lo público y lo privado” en el extraordinario y admirable trabajo que desarrolla Pilar Nores a favor de miles de familias altoandinas a través de un organismo no gubernamental.
¿Por qué un tercer gobierno? Por muchas razones. En primer lugar, porque el Perú sabe que hemos reconocido nuestros errores del primer gobierno, hemos aprendido de ellos y, a partir de allí, hemos ido definiendo y construyendo una riqueza de fusión entre la ideología revolucionaria que nos anima y el realismo que demanda un contexto global competitivo como el que viven hoy las naciones del mundo. En segundo lugar, porque hemos demostrado que podemos ser militantes leales hasta el apasionamiento sin que eso signifique que no reconozcamos las cualidades humanas y de gestión pública de muchísmos peruanos que no siendo apristas deben ser convocados a las tareas de gobierno como lo hicimos en el segundo mandato de Alan.
Sin embargo, hay otras poderosas razones relacionadas al futuro del Perú que nos indican que el Perú necesita un tercer gobierno aprista. Nosotros, y la inmensa mayoría de peruanos, saben, sienten, perciben, palpan, que en los últimos tres años nuestro país ha frenado su crecimiento económico, su progreso social, su competitividad, su presencia palmaria y respetada en los foros de integración y en las decisiones continentales.
Fue con Alan entre 2006-2011 que el Perú creció a niveles sin precedentes en su historia económica (2006: 7.7%, 2007: 8.9%, 2008: 9.8%, 2009: 0.9% a pesar del impacto de la gran crisis mundial fuimos una de las pocas economías que crecieron, retomándose el ritmo en 2010: 8.8%, el 2011: 6.9%, recordando que Alan gobernó hasta julio de ese año). Con Ollanta vino la caída: 2012: 6.3%, 2013: 5.0%, proyectándose para el 2014 sólo 3.5%. Todos los organismos y analistas especializados coinciden que dos de los factores que más inciden en este frenazo son el decrecimiento de la inversión privada que a su vez ha derivado en una reducción sensible de nuestras exportaciones y ha generado un déficit comercial peligroso; y la significativa contracción de la inversión pública, especialmente en lo que concierne a proyectos de seguridad energética, de conectividad y de utilidad social.
Fue con Alan que fuimos campeones mundiales en la reducción de la pobreza. El 2006, la pobreza fue de 49.1%, el 2007: 42.4%, 2008: 37.3%, 2009: 33.5%, 2010: 30.8% y el 2011: 27.8%. En el campo social también se siente el frenazo de Ollanta pues la pobreza en este gobierno se redujo a sólo 25.8% el 2012 y a 23.9% el 2013, y con ese ritmo será difícil que lleguemos a la meta establecida en el Plan Bicentenario de 16% de pobreza monetaria al año 2016, camino a lograr un dígito en el año 2021. Bastan esos dos indicadores, sin contar otros más, para estar de acuerdo con lo expresado por la compañera Pilar.
Los desafíos en un tercer gobierno aprista son lo que hoy clama el pueblo: retomar el vínculo eficaz entre el crecimiento económico y la equidad social; no retroceder en lo avanzado, y por el contrario, recuperar el tiempo perdido con un “shock social” que dinamice la economía y potencie la actitud positiva de los peruanos por medio de la realización de decenas de miles de obras que desencadenen oportunidades de trabajo, mejoramiento de ingresos, progreso y bienestar; identificar y repriorizar las tareas de gobierno en áreas y sectores estratégicos, acelerar y consolidar el cierre de brechas en infraestructura productiva y social; incrementar la calidad de los servicios básicos, centralmente educación y salud; así como ampliar el acceso a los mercados para los segmentos pobres y vulnerables de la población.
Entonces, la compañera Pilar tiene razón: El Perú merece, necesita, requiere urgente de un tercer gobierno aprista.
Todo es posible con una poblacion desinformada, analfabeta e ignorante. En un pais anemico, desmemoriado, donde la tv basura es el pan de cada dia de millones de peruanos, sin nada que enseñar mas que sus cuerpos, donde abundan los llamados diarios chicha y donde la poblacion prefiere chatear y no informarse de lo importante, en un pais donde los medios de prensa y sus operadores son alquilables, en un pais donde la educacion y la salud publica son precarias, para morirse, somos el pais que está en segundo lugar de incidencia de tebecianos, donde el culto a la banalidad se ve todos los dias, en un pais donde todo el sistema juridico está infectado de corrupcion, de enjuagues y arreglos bajo la mesa, en un pais donde la impunidad es la ley, en un pais donde sobrevive el mas pendejo. Y es precisamente esos ingredientes lo que necesitan los apristas, esa banda delincuencial que aspira asaltar nuevamente este pais, somos la herencia de esos grupos que surgieron y cnvivieron en la cloaca.
No me cabe duda que esto pueda pasar señor columnista. Pero para eso estamos nosotros los que todavia tenemos un poco de decencia, para ayudar a la gente a que haga memoria.
totalmente de acuerdo…
Lamento tener que discrepar con la Sra Pilar Nores, pero la alternancia es mas saludable que tener al partido aprista afilando los dientes para continuar con la piñata de la corrupción. Cuando veamos a los grandes sinvergüenzas del Apra presos entonces si estaríamos en condiciones de que el Apra tenga alternancia.
El Poder y el dinero envilecen a la persona, con tal de tener poder y dinero, no les interesa nada, los fujimoristas trataron de matar a Alan Garcia, ahora son socios, a la Sra. Pilar Nores, con el respeto que se merece, su marido le para sacando la vuelta de una manera descarada, hasta tiene hijos extra matrimonial, y ella está allí, gozando del poder y del dinero, no le importa nada.
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