Si con el caso López Meneses o aquello de la reelección conyugal los escándalos que vinculaban a la pareja presidencial ya eran un presagio de una campana electoral llena de encono lo de Martin Belaunde es de pronóstico reservado y será un tema que no terminara ni con la captura del mencionado y se extenderá más allá del periodo de este gobierno.
Desde su acercamiento al Gobierno Regional de Ancash pasando por los posibles contratos con el Gobierno Regional de Madre de Dios el caso Belaunde es de pronóstico reservado. Más aún si tomamos en cuenta las contradicciones en las que han caído personajes ligados al Presidente y la Primera Dama como es el caso de Ana Jara y Víctor Isla. La primera es Primera Ministra y el segundo fue Presidente del Congreso. Es decir, son personas ligadas con los quehaceres de Palacio de Gobierno y han tenido participación directa en la campana del Partido Nacionalista.
Todo ello en el marco de una economía que necesita confianza tanto interna como externa. Y ya sabemos que lo que mejor que ha tenido los últimos años gobiernos en el país es la estabilidad económica que se ha sostenido a pesar de los escándalos políticos. Ni el caso Almeyda con Toledo ni el caso Petroaudios con Alan García desestabilizó la economía. Sin embargo hoy las condiciones son distintas y lo peligroso es que al parecer los representantes del gobierno tanto en el Poder Ejecutivo como Legislativo no se dan cuenta de ello.
Todo ello hace presagiar que las elecciones presidenciales -distante 18 meses de la fecha de sufragio- van a estar matizadas por acusaciones de corrupción que ojala el actual gobierno sepa responder a tiempo y con contundencia. Mientras tanto en Loreto ya tenemos candidatos al Congreso que se han lanzado en forma anticipada. Muchos de ellos ni siquiera tienen agrupación todavía.