[ESCRIBE: Darwin Arévalo].
A mi corta edad en este oficio (nueve años) he visto de todo, he hecho de todo, desde estar en la cámara, pasando por el micro, hice también de swicther, como camarógrafo de set. Cuando el jefe se amargaba y quería dárselas de malo me mandaba a cobrar facturas, decía que agradeciera el trabajo. Hice también de secretario en algún momento, de “alcahuete” de algún colega de mayor rango, hasta de seguridad.
Van a ser las seis de la tarde, se va terminando un sábado muy caluroso en la ciudad. La música de la parrilla en la esquina de mi casa aturde, hasta hace un momento algo de bueno se escuchaba salsa dura.
He decidido de alguna forma escribir de “las cosas”, que abarca un sin número de elementos, situaciones, episodios de la vida diaria de un corresponsal, de un productor audiovisual, de alguien no solo ve con sus ojos si no que a veces usa un lente, y encuentra cosas que otros no pueden ver.
A mi corta edad en este oficio (nueve años) he visto de todo, he hecho de todo, desde estar en la cámara, pasando por el micro, hice también de swicther, como camarógrafo de set. Cuando el jefe se amargaba y quería dárselas de malo me mandaba a cobrar facturas, decía que agradeciera el trabajo. Hice también de secretario en algún momento, de “alcahuete” de algún colega de mayor rango, hasta de seguridad.
¿He cambiado algo? Sin duda, hoy solo soy más responsable, o eso creo. El periodismo no es una carrera para hacerte millonario, sin duda, eso lo sabemos todos lo que ejercemos esta chamba. Tengo deudas acumuladas como todos, tarjeta de crédito por pagar, en mi billetera no faltara dinero, y si se trata de moneda extranjera mejor aún, tengo dos dólares viejos, no los puedo usar, no me cambiarían por siquiera 20 céntimos, pero nunca dejará de haber dinero. Dicen que tener dólares trae suerte, Yo tengo dos, la suerte creo que conmigo está demorando más.
Hace unas semanas terminaron las elecciones regionales, provinciales y distritales; se vio de todo, la politiquería en el más bajo nivel, personajes que aparecieron de alguna forma solo para causar terror con sus lenguas, con sus afirmaciones y comentarios. Hemos visto el ocaso de algunos periodistas que hace algún tiempo fueron verdaderos y hoy arrastraditos de quien ganó la presidencia regional.
Ese tema es pasado, en mi lugar como hombre de prensa fui tocado junto a un grupo de corresponsales de medios nacionales. Hay un seudo medio de comunicación, fue el fortín para que estos impresentables ataquen cual cobardes desde esa posición, hablaban hasta por los codos, a todos nos tocaron fibras, pero dijimos agrupados una noche: “Suponemos que es parte del trabajo”.
El dos de abril de este año me tocó vivir uno de los episodios más duros de mi vida. Mi hija se fue con Dios, cosas de la vida que para mi, siguen siendo injustas, pero es algo del que no hablo casi. Aquel día negro un paro había sido convocado por el Frente Patriótico de Loreto y por aquella situación yo simplemente no había cubierto el tema. Mis jefes en Lima entendieron el hecho, aquel día vele a mi hija, al siguiente que también era paro la enterré. Pero esos mequetrefes se llenaron la boca diciendo que me habían visto entrar al GOREL a negociar mis imágenes junto al grupo de colegas corresponsales. COBARDES, es increíble, hasta un congresista les ha llevado a Lima para rendirles homenaje.
Las semanas pasaron y los ataques seguían, aquella ya es otra historia, con lo que ahora me divierto es viendo la guerra en este mismo fortín, desde dentro, estos mequetrefes peleándose entre ellos por puestitos que durarán cuatro años más, gente incompetente que de seguro entrará a trabajar en el gobierno, esto es lo que más temo, y lo que de seguro más teme la gente que ve a un Fernando Meléndez aún no seguro de hacer una buena gestión, dando entrevistas y afirmando que seguirán obras que en campaña dijo eran inviables para el desarrollo de Loreto, da miedo ir de mal a peor, el voto popular le dio la oportunidad de gobernar. Bien señor Meléndez, no la vaya a embarrar nomás.
Estaremos gobernados los próximos años por el color naranja. Se supone que si las autoridades no se ponen de acuerdo en temas de progreso para una provincia, distrito, es por diferencia y colores políticos, hoy con los naranjas, sino vamos para arriba mejor que nos lleve la Pelona (y no es Walter, quien también es naranja)
Seis y cincuenta. La música sigue en la esquina de la casa, ha llovido un poquito y en vez de refrescar da más calor.