[Por Víctor Villavicencio La Torre].
¿Qué motivación tiene un candidato para postular a una elección política, o tentar un nuevo mandato si ya es una autoridad?. ¿Será el altruismo y su inmensa vocación de servicio en favor de la sociedad, expresada a través del diseño de políticas públicas que propicien su desarrollo integral?. ¿Acaso, no será aprovechar la ventaja que otorga ostentar el poder para satisfacer intereses particulares?. Pareciera que la última interrogante definiera la verdadera intención de quienes este 5 de octubre buscarán “ungirse” como mandatarios de la voluntad popular.
La política, hoy más que nunca, es un negocio muy rentable que puede verse desde la perspectiva de un paralelo imaginario como el siguiente: “Inversionistas” que constituyen una “empresa” para “fabricar” un “producto” llamado “candidato” y “venderlo” en un “mercado” de votos constituido por el “soberano”.[1] Hay un tercer actor en este negocio y es la “prensa”, sobre todo aquella que tiene entre sus filas a “periodistas lumpen”. Esta dupla, prensa-política, suele sellar pactos para destruir al adversario y ensalzar al “cliente” de turno.[2]
Definido el “pacto social”, que es capturar el botín representado por los fondos públicos, el siguiente paso es conquistar el “mercado” para “vender” el “producto”. Eso se logra a través de los “aportes voluntarios” que hacen los “inversionistas” para financiar al “comando de campaña” que tendrá la tarea de organizar el típico “pan y circo”.[3] Caminatas donde el “candidato” regala pollitos, llaveros, mandiles, gorras, polos, canasta con víveres, además de invitar a “bailongos” donde la atracción son figuras de la televisión nacional.[4] A eso se han reducido las campañas políticas de ahora: al bombo, baile, exposición de nalgas y bustos, cuento de chistes y variedad de obsequios.[5]
Corregir esta intervención perversa de los llamados “inversionistas” y sus eventuales aliados, la “prensa lumpen”, tiene que ser objetivo prioritario de quienes intentamos ser serios formadores de opinión para una elección bien informada. Cerrémosle el paso a la elección de “candidatos” impresentables y carentes de preparación técnica para gerenciar una ciudad o región, por cuanto no garantizan la solución de problemas ni, mucho menos, la ejecución de políticas que nos conduzcan hacia el bienestar deseado.[6] Para asegurarnos una buena elección, debería constituirse un colectivo formado por personas que queremos que la ciudad y la región esté representada por personas idóneas, de amplia solvencia técnica y comprobada honestidad.[7] Otra opción válida, que debería considerarse es que el JNE, a través de sus organismos descentralizados, realice escrupulosa vigilancia de los fondos de campaña de estos “candidatos”. No estoy de acuerdo que la rendición de gastos se haga posterior a la elección, sino a lo largo de todo el proceso. Es más, al momento de la inscripción de la candidatura, o antes, debería hacerse entrega de la nómina donde figuren los reales aportantes.[8] De esa manera, podremos identificar a los “inversionistas” y cruzar esa información con los aportes que se efectuaron en procesos anteriores. Respecto del otro aliado, la “prensa lumpen”, bastaría con revisar el comportamiento actual de sus integrantes en los procesos electorales pasados para ver cuántos de ellos continúan siendo consecuentes con su prédica informativa, y cuántos “variaron” su opinión respecto de los contendores actuales.[9]
En línea con lo que vengo argumentando, aporta mucho lo que el crítico de espectáculos, hoy comentando sobre coyuntura política, Fernando Vivas dice: “todos los pueblos, provincias y regiones del país serán estremecidos por sus líderes en campaña. En muchas partes se cometerán abusos y manipulaciones de los canales. Sucede que hay, en la mayoría de regiones, gran cantidad de medios que pertenecen a políticos en campaña. Para eso los han fundado, para hacer un combo de negocios y poder. Habrá tantas violaciones a la ley electoral y la equidad democrática, que esta campaña del 2014 servirá para comprobar cuánto vacío regulatorio hay en las regiones y cuánto ha fracasado la autorregulación”. Continúa expresando que “nuestro flamante patriotismo urbano tiene que reflejarse en entrevistas más acuciosas con los candidatos, en reportajes a profundidad, en la familiarización con los regidores. Hay que espulgar a todos, para no escandalizarnos luego con hojas de vida falsas, antecedentes penales ocultos, campañas pagadas por la mafia. La TV tiene que ayudar a ordenar la agenda: transporte, seguridad, infraestructura vial, promoción a la cultura, turismo, atención a la población de escasos recursos. Tiene que quedar muy en claro que las campañas no se basan en promesas efectistas sino en planes factibles”. Culmina deseando que “la TV puede, a través de su gremio, pactar estándares mínimos de calidad y pluralidad informativa. Que las cabezas de los canales se reúnan e informen de su preocupación por aportar al futuro del país. Hasta antes de la segunda gestión de Castañeda, los alcaldes se sucedieron sin que conociéramos el detalle fiscalizado de sus obras, sin que identificáramos a sus regidores, sin que una sola cámara ingresara a las sesiones del Concejo”.
Y Mónica Delta dice que “para esta campaña electoral, el símbolo que prevalecerá será el de la sospecha y el de la corrupción. La mitad de los alcaldes que postulan a la reelección se ‘hallan bajo la lupa’ por estar acusados de peculado. Esto significa apropiación indebida de dineros públicos por parte de las personas que deben encargarse del control y la custodia de los mismos. De los 1,841 alcaldes a nivel nacional, el 92% huele literalmente a ‘pescado podrido’. Los más ‘rochosos’ no están en Lima, sino en el interior del país”. Todo esto, continúa, “lo único que nos ratifica es que en el Perú hay mucha plata, mucha más que en todos los tiempos. Hay un enorme apetito y voracidad para el robo de fondos públicos y nuestras entidades de control están rebasadas por la realidad”. Culmina diciendo que “lo más preocupante de todo lo dicho sobre la coyuntura es que estamos edificando un país sobre autoridades podridas y no sabemos cómo lograr un control que nos prevenga de estos ‘malhechores públicos’ que, con toda raza, siguen apropiándose del dinero de todos los peruanos. Temo que esta campaña electoral estará ‘maldita’ con el ‘gran caballero’ llamado ‘don dinero’ como protagonista estelar”.
Tampoco me fue ajeno hacer mío el contenido de una estupenda columna de Sandro Ventura, quién narraba que a inicios de los años 90’, “los investigadores Jorge Parodi y Walter Twanama publicaron un estudio que pasó algo desapercibido en una época en la que la Sociología estaba muy entusiasmada con los ‘movimientos sociales’. Ellos demostraron que entre los dirigentes populares – barriales, sindicales, etc. – y sus respectivas bases existía, fundamentalmente, un vínculo de mutua utilidad. Los pobladores esperaban que los dirigentes consiguieran beneficios del Estado (como la titulación, etc.) y los líderes esperaban, a su vez, el respaldo del pueblo para hacer su propia carrera política. Una vez que los objetivos de ambos se cumplían, el vínculo se vaciaba. Fue así que se fueron desactivando los movimientos populares: a más integración social, menos contestación política. Este hallazgo fue luego profundizado por otros investigadores que demostraron que “este vínculo, en realidad, se repite a otras escalas de la vida política y caracteriza muy bien lo que sucede entre ciudadanos y gobernantes locales, entre ciudadanos y presidentes de la República. De allí que, en vez de líderes, haya tramitadores y, en vez de representantes, haya comisionados. No es verdad que la gente no tenga memoria ni fidelidades políticas, sino que, frente al aprovechamiento de los políticos y la debilidad de los partidos, los peruanos hemos aprendido a enfrentar cada elección como un juego de apuestas donde vamos a lo más seguro. En la República no contamos con líderes inspiradores ni trascendentes y, ante la carencia, se opta por mandatarios pragmáticos. Una vez terminado el respectivo periodo de gobierno buscamos a otro comisionado, sin importarnos el barniz ideológico como tampoco las credenciales políticas. El nuestro es un país donde ética y política van por ahora paralelas, pues la sobrevivencia predomina”.[10]
Dicho todo esto, levanto la mirada al título de este artículo. ¿A quién elegimos?. ¡Al menos malo, al mal menor, al que roba menos, o tal vez, pienso, impulsamos una cruzada para que el voto nulo y viciado sea el gran vencedor y se convoquen nuevas elecciones, donde podamos elegir un auténtico gobernante y un buen vecino?. ¿Qué es lo que observamos a diario?. Afiches por todos lados, paredes y muros pintados, banderas de todos los colores, caravanas “contratadas”, “sopones” momentáneos, fuegos artificiales, etc. ¿Cuántos de los que están postulando ya fueron autoridades?. Disculpen la expresión, pero ¿qué mierda hicieron, si hoy vuelven a repetir el mismo “rollo”?. ¿Por qué ese afán de querer “repetir el plato”, cuando la esencia de la democracia está encerrada en aquella célebre frase: “SUFRAGIO EFECTIVO, NO REELECCIÓN”.[11] Estoy seguro que existe gente que puede ser motivada a presentarse en una siguiente elección con un PLAN DE METAS para hacer un Loreto GRANDE Y FUERTE como es la prédica del señor Vásquez, hoy envuelto en ese laberinto judicial que ha dictado su captura.[12] Ya estuvo bueno. Hagamos el esfuerzo de identificar un verdadero “outsider” y que no nos vengan con el “tango” que tiene que tener dominio de la política y que no basta con ser técnico. Al diablo con esos parámetros. Elijamos primero la honestidad. La política y la técnica se aprenden o se convocan.[13]
Culmino citando a Jim Morrison, quien acertadamente dijo: “Para mí, la política no es más que la búsqueda del poder privado por parte de determinados individuos. Pueden disfrazarlo con cualquier ideología, ponerlo en los términos de las estupideces románticas o filosóficas que quieran, pero en esencia es una búsqueda privada del poder”.[14] En otra perspectiva, contraria a la del genio del rock, Víctor Raúl Haya de la Torre, político de dimensión continental, hombre probo hasta el final de su existencia y sin una página negra que manchara su trayectoria moral, decía: “Mi lucha es y ha sido dura porque soy pobre y he mantenido la dignidad de mi pobreza. Mi única aspiración, desinteresada y legítima, ha sido y es demostrar al pueblo y a la juventud peruana que sí es posible salvar a nuestra patria, por un camino de auténtica renovación moral en el más elevado y constructivo sentido del concepto”. Una segunda cita de este preclaro hombre, nacido en Trujillo, es aquella donde expresa: “En el camino de la verdad no existen ni los estúpidos ni los idiotas, porque la razón prevalece por encima de toda astucia y mentira que quiera enmascarar su debilidad, fruto de la incomprensión y la falta de entendimiento. Esforzaos y enderezad vuestro camino para que no caigás en la mentira de esos estúpidos e idiotas. Quien delinca recibirá la maldición del pueblo aprista y la maldición de la patria. En un movimiento como el nuestro no se pueden tolerar pillos”.
[1] En algunos casos, el “candidato” anuncia su postulación y se ofrece en “cajita de regalo con lazo incluido” para que los “inversionistas” se interesen en “venderlo”. Estos últimos hacen números y concluyen que la tasa de retorno supera los ratios de su actividad convencional. Y, pues, entran al “business” bajo la forma de “joint ventures” o “asociaciones en participación” electorales. Juan de la Puente, en una columna publicada en La República el 18.07.14, dice que un cálculo conservador de gastos de campaña se aproxima a los 1,000 millones de soles, una orgía de dinero sin control convertido en el elemento decisivo de una competencia deformada y aliada del populismo. No hay duda que la política está hipotecada al dinero.
[2] Hay casos en que al interior de esta “prensa” el cambio de camiseta, o transfuguismo, es la misma que se observa dentro de los partidos y movimientos, donde los candidatos que antes lanzaron “vivas” a quien los acogió, al cabo de un tiempo se alejan de la contienda o terminan “anclados” en otro redil, luciendo otra “camiseta” y gritando nuevas “arengas”, pero esta vez contrarias al partido o movimiento donde estuvieron inicialmente. Importante, también, es señalar que en este tipo de “prensa” se observa una paradoja cuando contextualizamos la frase de Joan Baez, la intérprete estadounidense de música folk, conocida como “La reina de la canción protesta”, quien dijo: “Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella”. Estos “lúmpenes” a diario “luchan” contra una cara de la corrupción, pero del otro lado de la cara, indican, reciben “jugosos” estímulos que los hace sentirse “paladines”.
[3] ¿Propuestas?. Ya no existen, y las que se exponen son las mismas que se vieron, o escucharon, en procesos pasados; señal inequívoca que quienes actualmente ejercen el poder no hicieron absolutamente nada para resolver los problemas ciudadanos. Y para que el círculo vicioso se repita, tienen la “concha” de presentarse con el mismo discurso obsoleto para garantizarnos que son la expresión genuina y unánime de la voluntad popular. El mismo Juan de la Puente dice que quien revise los programas presentados al JNE pasa con facilidad de la risa al llanto por la serie de sandeces escritas para llenar un requisito. Lo que vale es el dinero.
[4] ¿Recuerdan cuando el señor Yván Vásquez anunció su postulación a un tercer mandato?. Aparte de garantizar baile con una orquesta local, trajo en “exclusiva” a dos participantes del programa “Esto es Guerra” y a dos reconocidos cómicos. ¿Todo esto fue gratis?. De ninguna manera. Para las festividades de San Juan, los demás candidatos también tuvieron su “show”. Uno de ellos trajo al imitador de Lorenzo Palacios, “Chacalón”.
[5] En el interior de la región ya no es el típico jaraneo con aguardiente, tabaco y comida. Hoy, también, exigen la presentación de orquestas que animen la noche con la interpretación de las canciones más “sonadas” y que “rallan” el ambiente musical del momento. Baile y borrachera a cambio de votos. Triste espectáculo.
[6] ¿Nos hemos tomado el trabajo de revisar las hojas de vida de quienes son los candidatos a presidentes regionales, consejeros, alcaldes y regidores?. Estoy convencido que, de contrabando, están pasando “piola” un “huevo” de gente que solo ocupa un espacio porque pagó una “cuota de ingreso”, para luego tener el derecho de ser parte de los “business” a través de tener injerencia en las decisiones que impliquen uso de recursos públicos. Revisemos esa lista para darnos cuenta que con nuestro voto vamos a elegir a gente que no tiene mérito alguno para representarnos.
[7] Para eso no basta “estar limpio” en el Poder Judicial como dice un “candidato gentleman”, cuando en su fuero íntimo es consciente que está postulando a “santo” para, seguramente, impartirnos su “bendición” a cambio de pagar el religioso y sagrado “diezmo”.
[8] El ex procurador José Ugaz, autor del libro “Caiga quien Caiga, dice, en una entrevista reciente hecha en torno de las lecciones que hay que extraer de la lucha contra la corrupción en la década pasada, que “…la clase política es la que menos ha aprendido porque sigue armando sus listas de candidatos en función a pagos: el que más paga, mejor posición tiene”. Dice también este ciudadano, que antes dirigió PROÉTICA, que “en el Congreso de la República está la vitrina más clara de una clase política proclive a la corrupción”, cerrando sus declaraciones con estas declaraciones que es válido consignar: “Son los mismos de siempre y son las mismas viejas prácticas corruptas. Ya empezaron a salir las publicaciones sobre que los que acceden a las listas de candidatos son los que pueden pagar. Y cuando alguien pone US$ 100 mil para ser candidato de algo, es porque después va a venir y nos va a querer cobrar. No es porque sean humanistas ni filántropos. Están invirtiendo para llegar a las posiciones de poder y meterle mano al dinero público. Esa es, lamentablemente, la vieja historia de este país”.
[9] Realmente son pocos los medios y hombres de prensa que exhiben un destacado papel en la formación de corrientes de opinión pública que coadyuven a que, quienes aspiran a ser nuestros mandatarios, sepan que los electores conocemos desde la “A” hasta la “Z” su trayectoria pública y privada.
[10] He citado a tres ciudadanos, que ejerciendo el periodismo desde sus diferentes perspectivas, pueden ser sujeto de críticas. Muchos dirán que Vivas debe quedarse en lo que mejor sabe hacer; otros dirán que la señora Delta sirvió a la corrupción fujimorista, a través del canal de los Shutz, y que Ventura no es referente para realizar análisis crítico de la política peruana. Rescatemos la opinión de ellos en cuanto al propósito que todos debemos perseguir: NO ELEGIR A IMPRESENTABLES Y SINVERGUENZAS. En otro momento podremos comparar el estilo periodístico de estos ciudadanos respecto de lo que habla y escribe nuestra “fauna regional”.
[11] Con este grito, Francisco Madero inició en 1910 la Revolución Mexicana, cuyo propósito era poner fin al gobierno de Porfirio Díaz que llevaba 35 años en el poder. Si bien la intención era buscar la alternancia, con el tiempo, esta nación y su democracia, se quedó “enganchada” por 7 décadas a un solo partido político, generando que Pablo Neruda lo describa como “la democracia más dictatorial del mundo” y que Mario Vargas Llosa la tilde como “la dictadura perfecta”. Si vemos la experiencia de Inglaterra y Alemania, donde si es permitida la reelección, el contraste puede ser resuelto por el nivel de la sociedad a la que se representa, la madurez de su clase política y la fuerte institucionalidad imperante. No son repúblicas “bananeras” para utilizar una expresión que le pertenece al actual presidente del Ecuador.
[12] Debo señalar que quien suscribe este artículo está, junto al señor Vásquez, como investigado en el caso al que han dado en llamar “Créditos Agrarios”. Sobre el particular ya escribí varios artículos y seguiré redactando otros, con el único propósito de seguir demostrando que la denuncia de un miserable como Morante Figari siempre respondió a la búsqueda de un protagonismo y venganza política de su principal mentor, igual de miserable que él, Robinson Rivadeneyra. La “prensa carroñera” y “lumpen” no demoró nada en hacer alianza, o pacto infame, con este par de “santos”.
[13] Si no, seguiremos con esta calamidad pública que hasta ironías provoca. No pude contener la risa cuando, en días sucesivos, leí la charla entre los dos personajes imaginarios que emplea el genial caricaturista Heduardo. En la primera, uno de ellos dice que “debería prohibirse la reelección para dar oportunidad a otros corruptos a que hagan uso del poder y gocen de él”. En la segunda, uno de ellos dice que “19 presidentes regionales y 90% de los alcaldes son investigados o procesados por corrupción”, a lo que el otro le responde, “¿no sería más práctico decretar la prisión preventiva del electorado?”. Aunque me queda el consuelo que si alguien triunfa este 5 de octubre, sea consciente que debe hacer un gobierno respetable y convocante a lo mejor de la intelectualidad nacional y regional.
[14] Jim Morrison fue un cantante, actor y poeta norteamericano conocido mundialmente por haber sido el vocalista de la popular banda de rock The Doors. En la actualidad, es considerado uno de los hombres más carismáticos de la historia del rock. Jim también escribió muchos libros de poesía y también dirigió un documental y un cortometraje. Por todo su trabajo y su estilo de vida, hoy es uno de los íconos de la música rock.
Me bacila como has descrito a tu anterior Patron Yvan Vasquez; aparte de los bailetones que regala con la Orquesta que Formaste junto con GUillermo Leccva e Yvan Vasquez quien es el Director de Orquesta; ni que decir del Presidente quien prometio que ya no habria fiestas sociales en el Complejo del CNI, por ahora de su propiedad, pues no cumplio ahora ya esta tocando de jueves adomingo su Orquesta Ilusion; aunque deberia llamarse «Grupo Creditos Agrarios»
Los comentarios están cerrados.