- Muchos problemas, pocas soluciones. Cuando la capacidad de compromiso se reduce, cada vez es más difícil solucionar los conflictos que surgen entre los dos. La disposición a veces es nula y es un punto completamente negativo.
- Estás molesto todo el tiempo. El enojo acumulado es lo peor es una relación. Es como una bola de nieve, cualquier detalle te hará enojar al máximo porque tienen conflictos no solucionados. Usualmente recordarás algún problema antiguo al momento de la discusión.
- No hay respeto. Una de las partes más alarmantes del camino al divorcio, es cuando en las peleas hay insultos, humillaciones o menosprecio por alguna de las dos partes. Herir al otro es parte del objetivo aunque sea de forma inconsciente.
- El sexo es aburrido y mecánico. La vida sexual es de vital importancia para el bienestar y la salud en pareja. No tener una satisfacción de este tipo puede conducir al final de un matrimonio.
- Siempre tienen la razón. Cuando tu pareja siempre quiere tener la razón, puede llegar a ser sofocante. Si ninguno de los dos quiere ‘dar el brazo a torcer’, el matrimonio se convierte en una dictadura en la que nadie quiere involucrarse.
