Nadie nos enseña a ser padres y los bebés no traen un manual de instrucciones bajo el brazo que nos explique cómo educarlos, por lo que aprendemos a ser padres sobre la marcha, tratando de criar a nuestros hijos lo mejor posible. Sin embargo, en ocasiones cometemos errores de manera inconsciente, con la intención de cuidarlos y protegerlos, que en el fondo podrían resultar dañinas para ellos.
Te presentamos 4 errores que debes evitar al educar a tu hijo o podrías dañarlo.
- Sobreprotegerlo: Sabemos que jamás desearías hacer algo que pudiera dañar a tu hijo, por el contrario, lo que más quisieras es protegerlo para que nada malo le ocurriera. Sin embargo, en ocasiones en el intento porque nuestros hijos no experimenten ninguna experiencia negativa, podemos llegar a sobre protegerlos y en lugar de ayudarlos, podemos perjudicarlos, ya que nuestros hijos pueden volverse inseguros e incapaces de tomar sus propias decisiones, al transmitirles nuestras inseguridades. Evita las frases como «te vas a caer», «te vas a lastimar» o «te puedes enfermar», sustitúyelas por expresiones diferentes que le transmitan precaución, pero no temor, como «hazlo con cuidado» o «ponte un suéter».
- No valorar conocer y valorar sus talentos: En ocasiones el ritmo de vida que llevamos, los pendientes diarios y las pesadas jornadas laborales, pueden ocasionar que no le prestes la debida atención a tus hijos, que no llegues a conocerlos y que no identifiques sus habilidades o debilidades y esto a la larga puede llegar a afectarles. Todos tenemos un talento desde pequeños, algo que nos hace destacar de los demás, algo que nos hace únicos y especiales. Tu hijo también tiene el suyo, aprende a conocerlo y a identificar su talento. Observa más a tu hijo y conoce lo que le gusta. Inscríbelo a diferentes actividades, detecta en cuál es en la que más destaca y reconoce, que es lo que más le apasiona y disfruta. Motívalo para que desarrolle su talento y persiga sus sueños. Nunca impongas tus gustos a los de él. Recuerda que en nada podrá ser más bueno que en aquello que lo apasione.
- Ceder a los berrinches: Imagínate que te encuentras en un centro comercial y tu hijo te pide que le compres un juguete. Cuando recibe un «no» por respuesta su reacción es tirarse al suelo, patalear y gritar sin parar. De pronto te das cuenta que todos a tu alrededor están mirando el berrinche de tu hijo y te da tanta pena que mejor le compras el juguete. Esta es una situación muy común que todo padre suele vivir en algún momento en el proceso de educación de tu hijo, pero si sabes marcar un límite claro y conciso, es muy probable que sólo te ocurra una vez y no te vuelva a pasar. Sin embargo, si tú cedes desde la primera vez, tú hijo comprenderá que a través del berrinche puede lograr lo que desee. Por eso es importante que desde sus primeros años, tu hijo comprenda que no siempre podrá obtener un sí por respuesta a todo lo que desee y aprenda a manejar su frustración.
- Prometer y no cumplir: Cuando le prometes algo a tu hijo, él da por hecho que lo vas a cumplir, porque confía en ti. Sin embargo, cuando por alguna razón le fallas, su autoestima se puede dañar grandemente e incluso puede interpretarlo como que no lo quieres lo suficiente como para hacer válida la promesa.
Por eso es importante que pienses bien si podrás llevar a cabo esa acción antes de prometerlo. De lo contrario mejor no te comprometas a hacerlo, porque podrías dañar enormemente la confianza de tu hijo.
Así que ya lo sabes, aunque no existe una receta o fórmula para educar a nuestros hijos, si existen hábitos que es importante que evitemos, pues de lo contrario, inconscientemente podríamos estar dañando a nuestros hijos.