Familia.
Familia.

Muchas veces las personas se sienten tan cómodas con alguien que dicen todo lo que se les viene a la cabeza sin medir las consecuencias. Y es que por mucha confianza que exista se debe tener cuidado a la hora de abrir la boca, puedes llegar a herir gratuitamente a quien amas y llevar a que sea un motivo para la separación.

  • “Eres como tu madre (padre, hermano, etc.)”. Julie Orlov, psicoterapeuta, conferencista y autora de The Pathway to Love (El Camino al amor) señala que “es desagradable y menospreciante, poner en evidencia los peores rasgos de la familia”. Si estás a punto de decir una barbaridad acerca de sus parientes, detente y piénsalo bien.
  • “¿Realmente piensas que eso te favorecen?”. Si bien puede que estés tratando de ser una persona sincera, este comentario puede interpretarse como un insulto y menoscabo a su autoestima. Si quieres mostrar preocupación por su apariencia lo mejor es destacar lo bueno primero. Por ejemplo: “Tus ojos son hermosos y el color de esa camisa les quita protagonismo y no los deja que se puedan apreciar en su totalidad”.
  • “Déjalo ahí, mejor lo hago yo”. Esto es perjudicial para la relación porque es degradar el desempeño del otro y hacerle ver que sus esfuerzos están por debajo de los tuyos. Si esta situación es recurrente, es posible que tu pareja piense que no puede hacer nada bien.
  • “Mi mamá me advirtió que me ibas a hacer esto”. Nunca debes permitir que las opiniones de otras personas influyan o dicten pautas en tu relación, y si tu madre tenía aprensiones en torno a tu pareja no es bueno gritárselo en la cara. Lo mejor, es centrarse en lo que te hace enojar y no recurrir a argumentos baratos como “mi mamá me lo dijo”, pues no ayuda a solucionar el problema.