– Hace más de 32 años se dedica a vender flores
Dejaré el cementerio cuando mi cuerpo me lo pida
Desde muy jovencita se dedicó a la venta de flores, golosinas y gaseosas con ese trabajo se gana la vida y pudo así sacar adelante a sus cinco hijos y a su familia.
Escribe: Katty Riveros Montalván
Kattyriveros.18@gmail.com
Dejaré de vender cuando mi cuerpo me lo pida, ya que de esto vivo y si no trabajo quién llevara el pan al hogar, la vida es así y solo nos queda luchar para sacar adelante a nuestra familia.
Sonia Mozombite Arévalo, de 52 años, es una mujer que ha sufrido mucho en la vida, desde muy joven se dedicó a la venta de flores, golosinas y gaseosas, en el cementerio de Punchana desde hace más de 32 años. Ella empezó a trabajar ya que en su familia estaban pasando necesidades y le tocó salir a ganarse la vida. A los 17 años pone su venta y conoce a su esposo, después queda embarazada y es ahí donde decide aumentar su venta y probar con más golosinas y más flores para que tenga más ingresos.
Su historia
Sonia Mozombite, señaló que su esposo no tiene un trabajo seguro ya que sólo se dedica a cachuelear y con el trabajo de ella se ayudan mutuamente. Además, cuenta que ella sacó adelante a sus hijos y desde pequeños les enseñó a trabajar y ser responsables. «Desde que nació mi primer hijo lo llevaba conmigo a trabajar en el cementerio de Punchana, ya que era pequeño y tenia miedo que algo malo le pase, aunque siempre se dice que a un recién nacido no se le debe llevar a un cementerio, pero yo tuve que llevarlo porque tenía que trabajar y mi hijos crecieron viéndome en esa labor y ellos también me apoyaban cuando crecieron», expresó.
Esta mujer revela que sacó adelante a sus cinco hijos y que en medio de la pobreza nunca desmayó ya que sus pequeños eran el motor de su vida. Sus hijos siempre trabajaban a su lado pero ahora todos son hombres de bien, ya tienen sus familias y trabajan para ellos. “Mis hijos siempre fueron el motor de mi vida, recuerdo que siempre mis niños me ayudaban en la venta de las flores en el cementerio o sino cultivaban las yerbas de las tumbas, pero siempre se preocupaban de mí y de su papá”.
Trabajo con honradez
La vendedora indicó que se dedica a este trabajo hace un buen tiempo y que siempre lo hizo con responsabilidad y respeto, que nunca tuvo la necesidad de engañar o robar a las personas. Además, dijo que todos los días trabaja sin ningún descanso, hasta los feriados desde las 7 de la mañana hasta las 6 de la tarde ya sea con sol o con lluvia. “Lo importante es tener un trabajo digno y yo puedo decir que es muy sacrificado, que si quieres llevarte un pan a la boca debes trabajar arduo y duro sin ningún descanso, no importa si hace frio, sol, lluvia, lo importante es trabajar honradamente sobre todo para sacar adelante a tu familia, si no naces en una cuna de oro, debes ingeniarte para que tus hijos no sufran y que no les falte nada. Aprendí que de la venta se gana buen dinero y ahora mis nietos me apoyan en este negocio”, puntualizó.
Se sabe las mejores historias
Mozombite Arévalo, manifestó que siempre escucha historias del cementerio de Punchana y en su permanencia vio tantos entierros de personas pobres, como de aquellos que tenían buena posición económica en aquellos tiempos. “Siempre se escucha que las almas penan sobre todo cuando no hay tantas personas en el cementerio en eso de las 5 de la tarde muchas veces está silencioso se escucha risas, llantos o que hablan, en tiempos de lluvias es aun más, dicen que hay una mujer que siempre llora porque perdió a sus hijos, también hay un soldadito que se le escucha trotar o decir marchen, hay tantas historias en este cementerio, ya que es el más antiguo”, refirió.
Sonia vive en la calle 5 de Diciembre, perteneciente al asentamiento humano Madre de Dios, en el sector de Punchana, uno la puede ver ofreciendo flores y sus demás productos que le sirven de sustento en su hogar. Una mujer cuya historia merecía ser contada.
Rosa Milagro Morales se instaló con su venta de flores plásticas desde el fin de semana en una de las aceras del cementerio general de San Miguel, situado en la avenida Roosevelt, para poder ofrecerlas a quienes llegan a coronar las tumbas de sus parientes por el Día de los Fieles Difuntos.
Los comentarios están cerrados.