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ESCRIBE: MIJAIL PALACIOS – Peru21.pe
“De Ennio Morricone tengo más de 45 discos. Es un hombre extraordinario en mi vida. Lo conocí cuando me metí al cine Montecarlo y se proyectaba la película ‘El bueno, el malo y el feo’, con escenas de Clint Eastwood y música de Morricone. ‘¡Qué es esto!’, dije”.
“Sabemos más que antes sobre el origen del cáncer. Hay progresos enormes. Si el cáncer es detectado en tiempo corto, se puede operar. En el Perú hemos progresado enormemente en materia de cáncer. Pero lo mejor es chequearse constantemente”, reflexiona el comunicador.
“Ayer vi mi cara en el espejo, ¡un horror!”, dice en un pedazo de papel de cuaderno. Anotaciones que hizo tras ser operado por cáncer a la encía y que las conserva, junto a otros objetos que ha ido reuniendo a lo largo de su vida y que ahora los exhibe involuntariamente en su casa, donde vive desde que llegó al Perú con sus padres. Espacio que podría ser un museo de su historia familiar, referentes culturales y su producción personal como comunicador.
No se casó ni tuvo hijos. Pero posee una camiseta del Atlético Bilbao enmarcada y autografiada; una imagen con el fotógrafo ‘Chino’ Domínguez en la Plaza Roja de Moscú y, tal vez, detrás de ella su pasado izquierdista; libros de Metallica; tablas de Sarhua; esculturas; discos de Los Shapis y Ennio Morricone; las seis canciones que ha escrito y en ellas, escondidas, su deseo de haber sido un gran pianista. En los estantes y paredes de su hogar hay como una necesidad de coparlo todo. Objetos a los que les rinde pleitesía, porque son como ídolos. Son una forma de sentirse vivo.
Luego de más de 20 años dedicados a la radio, ese factor llamado destino lo obliga a buscar otros caminos, como reponer la obra que hizo a raíz de la enfermedad y quizá montar un musical sobre la migración. Precisamente, hoy es el Día Mundial Contra el Cáncer. La historia de José María ‘Chema’ Salcedo no empezó necesariamente al nacer, sino cuando en 1951 llegó en barco al Callao de Bilbao. Tenía cuatro años de edad y cruzó el Atlántico en 28 días. Lo único permanente en su vida es el cambio y no hay enfermedad que lo frene.
¿Sientes que estás volviendo a empezar?
Sí. No te voy a decir que he vuelto a nacer. Esas son tonterías. Al haber tenido una vida interesante, inquieta, entretenida, he buscado también que la gente no se aburra a través de lo que yo hago. El primer valor que trato de defender es que no haya aburrimiento. Lo segundo es despertar la curiosidad.
A veces solemos subvalorar la palabra entretenimiento. Entretener es una cosa sagrada. “Esto solo entretiene”, sentenciamos.
Ojalá, qué lindo fuera.
Suele decirse ello en nombre de la profundidad de las cosas.
Pero a veces esta profundidad es una coartada para quedarse callado. Hay gente que tiene miedo a hablar hasta que no tenga las cosas claras. Las cosas nunca son claras. A veces la profundidad la usamos para lavarnos las manos. La profundidad no nos puede llevar a la esterilidad. El periodista tiene que traducir la realidad y convertirla en interesante, entretenida y verdadera. No hay un tema menor, todo depende de la forma. Y no está de moda cultivar la forma.
Has hecho periodismo escrito, radial y en TV. Además, dramaturgia, has publicado libros y fuiste casi actor. ¿Los temas pendientes son la música y el amor?
La música es una tarea pendiente y es mi frustración. Soy amante de la música, pero no sé tocarla. Sin embargo, he compuesto letras, entre ellas “Trasplante Chi Jau Kay”, con música de Los Shapis. Se llama así porque la operación que me hicieron debido al cáncer consistió en que me saquen la encía y mandíbula, luego me retiraron parte del peroné y me lo implantaron en la cara.
Siguiendo con el tono gastronómico, fue un combinado.
Exactamente. Y el doctor luego me contó que eso lo aprendió a hacer en China. Por eso el nombre de la canción. También hice otra canción con Los Shapis que se llama “De ambulante a magnate”.
¿Por qué esa relación con Los Shapis?
Soy admirador de ellos desde el año 81. Estaba caminando por La Victoria con el famoso fotógrafo ‘Chino’ Domínguez y vimos unos afiches que presentaban a Los Shapis en el estadio de Alianza Lima. Fuimos para saber de qué se trataba. Me acerqué donde ellos y desde ahí los conozco. Siempre he admirado a la gente que tiene habilidad musical.
¿Las personas a las que les va bien en el amor y tienen hijos son dignos de admirar?
Que sea soltero no significa que esté en contra del matrimonio. Simplemente no me he casado, a pesar de que en algunos momentos de mi vida sí tenía el deseo y la decisión, pero no me funcionó la relación con las mujeres. Y debo decir que soy heterosexual. Tener hijos me parece una cosa muy seria. Quizá no me atreví.
La humanidad está seriamente afectada por el cáncer. ¿Cómo lo asumiste?
La pasé mal con la radioterapia. Eso duró dos meses. Pero sabía que iba a acabarse. Lo que tengo ahora es una molestia, porque claro me gustaría tener mis dientes y mi saliva, pero son cosas menores. Cuando me dijeron que tenía cáncer, sentí alivio. Un año antes de la detección, nadie sabía por qué tenía un granito en la encía. Me dijeron que se podía operar. Pedí que me esperen, que debía ir a cubrir la Semana Santa de 2018. Me fui, el toro me agarró, volví y me operé.
Entonces, ¿qué actitud tomar frente a la enfermedad?
Sabemos más que antes sobre el origen del cáncer. Hay progresos enormes. Si el cáncer es detectado en tiempo corto, se puede operar. En el Perú hemos progresado enormemente en materia de cáncer. Pero lo mejor es chequearse constantemente. En ese sentido, la Liga Contra el Cáncer realiza chequeos.
¿A los 72 años de edad qué balance se hace?
Hay una cosa importante que tengo en el cerebro: no me duermo. Cuando salí de las 14 horas de operación, me mandaron a cuidados intensivos, donde todo lo apuntaba en papelitos, desde pedidos hasta ideas o cosas que pasaban. Y los conservo. Tengo apuntes para alguna obra, un libro y para el espectáculo que hice en diciembre que se llamó ‘Tu amor es mi enfermedad’.
¿Qué tiene la escritura que conservas esos apuntes?
Es una forma de venganza ante la adversidad. Cuando esa escritura tiene un tono más irónico y humorístico, es mejor. La escritura te salva.
Autoficha:
– “Soy José María Salcedo de La Torre, hijo único. Tengo 72 años. Pienso volver a Bilbao en mayo. Estudié Derecho en Católica, a medias. No me gradué y comencé a meterme en el periodismo. Mido 1.65 metros. Soy vasco español, pero más años he vivido en el Perú. Me siento con varias identidades. Es muy cómodo”.
“Ennio tiene 90 años y ha compuesto música para más de 400 películas, la mayor parte mediocres y que él las ha dignificado con su música. Ha trabajado con Sergio Leone, son amigos del colegio. La entrevista que hubiese querido hacer es a los dos, en medio de un rodaje. Yo soy imitador de ellos”.
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