Escribe: Percy Vílchez Vela
La marcha callejera nació entonces debido a que la licitación del lote 192 fue declarado desierto. Ello sirvió para que algunas personas dijeran que se trataba de una maniobra estatal para conceder de nuevo el lote a la empresa Pluspetrol Norte, que tiene muchos anticuerpos de acuerdo a la visión de los indígenas.
Lo que cuenta, lo que importa, es que es la primera vez que una organización indígena plantea el problema en términos regionales, globales, demostrando poseer reflejos despiertos, capacidad de maniobra y fibra para reaccionar a tiempo. Debido a ello ganó en iniciativa a los otros actores del drama regional.
Mientras la Consulta Previa se realiza entre dimes y diretes, marchas y contramarchas, avances y retrocesos, los oriundos amazónicos decidieron realizar la tarde del jueves 6 del mes en curso una manifestación pública y callejera. En la agenda de esa protesta no figuran cuestiones comunales o comunitarias, hechos referidos a las aldeas, cuestiones reivindicativas que tienen la edad del tiempo, sino con algo que tiene que ver con toda la región Loreto: la crisis de la explotación del petróleo.
Desde la siempre histórica plaza 28 de Julio, apus, dirigentes y miembros de la Feconat, partieron en masa con sus prendas ancestrales, sus lanzas, sus tambores y sus consignas coreadas. Era el inicio de una peculiar manifestación que desbordaba los límites de la protesta indígena para englobar a toda la región Loreto. Porque en la agenda de los protestantes o protestatarios se podía leer que el lote 192 debía ser explotado por el Estado.
La marcha callejera nació entonces debido a que la licitación del lote 192 fue declarado desierto. Ello sirvió para que algunas personas dijeran que se trataba de una maniobra estatal para conceder de nuevo el lote a la empresa Pluspetrol Norte, que tiene muchos anticuerpos de acuerdo a la visión de los indígenas. En la incertidumbre del destino final de ese lote, los oriundos no se dejaron estar y realizaron la marcha pidiendo que la empresa estatal, Perúpetro, deje de evitar el desafío y que aumente sus acciones al ciento por ciento para explotar esa riqueza que es de donde se extrae la mayor cantidad de petróleo.
En otro punto de la agenda los indígenas pidieron al Estado que no realice una rebaja en las regalías por concepto de canon petrolero. La misma es una medida que se ha filtrado más como chisme que como un hecho consumado, pero no está demás decir lo que se piensa para evitar las sorpresas después. Esa solicitud toca de lleno a toda la región Loreto y a las instituciones que reciben directamente ese dinero fresco que hoy por hoy parece más bien una limosna. Lo que sorprende es que esas entidades no hacen nada para revertir esa situación. Esperan con las voces apagadas y las manos caídas que venga el apocalipsis. Es decir, no han tenido la capacidad de salir al frente y pedir a don gobierno que remedie la caída de las regalías del canon petrolero.
La manifestación callejera no fue ni nutrida ni multitudinaria. Por varias razones que no es del caso analizar en este escrito. Lo que cuenta, lo que importa, es que es la primera vez que una organización indígena plantea el problema en términos regionales, globales, demostrando poseer reflejos despiertos, capacidad de maniobra y fibra para reaccionar a tiempo. Debido a ello ganó en iniciativa a los otros actores del drama regional. Algunos voceros dijeron que se iban a plegar al movimiento, pero a la hora de la verdad brillaron por su ausencia.
La convocatoria apresuraba, la falta de tiempo y de coordinación, probablemente impidieron que en la marcha participaran otros actores del drama regional. Decimos eso pero no nos convence el argumento. Porque se supone que esos actores están al día con la coyuntura y de acuerdo a como van las cosas están listos a mostrar su punto de vista o su protesta. Si no reaccionaron a tiempo se puede imaginar que esos colectivos realmente están desmovilizados y requieren de un tiempo prudencial para ponerse en marcha.
La manifestación de ayer es más que importante, sin embargo. En la medida en que ubica a los indígenas como individuos capaces de elaborar una agenda vinculante e incluyente. Para ello tuvieron que dejar de lado sus reivindicaciones para pensar en grande, para pensar en la región como un todo. Se espera que esa iniciativa sea el inicio de una serie de actividades de parte de los actores urbanos La actual crisis del petróleo no deja otra salida.
Quizá los «otros actores del drama regional» no participaron y no lo harán en el futuro porque simplemente no comparten algunos de las posturas de los originarios; entre las que puedo destacar, cerrarse a la posibilidad de que sea la actual concesionaria quien siga operando el lote en cuestión. Al respecto, creo que debe más bien exigirse al Estado mayor exigencia normativa para evitar los problemas ambientales ya provocados y contra los cuales no sólo los indígenas sino creo que todos estamos en contra, pero al mismo tiempo control oportuno y sanción ejemplar (entre ellas monetaria e incluso de anulación de contrato) de seguirse produciendo.
Resumiendo, se trata de que quien explote el mayor pozo petrolero peruano lo haga en las mejores condiciones sociales, ambientales y económicos para Iquitos, Loreto y el Perú. Entendiendo finalmente que el descenso de las regalías los últimos meses, se debe al descenso del precio internacional del petróleo, cuestión por tanto meramente global, pero que a su vez puede estar ya siendo agravada -y en el futuro, de seguir las cosas igual, aún en mayor medida- por una coyuntura nacional y sobre todo regional, opositora a las inversiones petroleras, que parece estar siendo obviada por algunos de los actuales dirigentes regionales; posición tras la cual se dejan entrever, más que argumentos coherentes o racionales, posturas populistas e ideológicas que lindan con la improvisación y la ignorancia.
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