De Soto con Iván

El señor Hernando de Soto, probablemente candidato a algo en estas elecciones, admitió en la disertación que ofreció en el estadio de Iquitos que conoce muy poco de la Amazonía cuando los organizadores le advirtieron que concluya su intervención porque la lluvia ya estaba por aguar la fiesta de la cita. Y hace bien De Soto en admitir que no conoce la Amazonía porque en esta tierra quien no comprende ni siquiera la presencia del aguacero nunca podrá entender los fenómenos sociales. Pero sí puede realizar los estudios necesarios que concluyan que la razón del atraso y la explicación de la pobreza se limita a la propiedad.


Lo que en buena cuenta ha venido a decirnos De Soto –quien dijo “hijo de puta” a Mario Vargas Llosa porque le nombró en su libro autobiográfico y hoy afirma que puede amistarse con el Premio Nobel- es lo mismo que se publicó en un suplemento especial aparecido en un diario capitalino y que será materia de un libro próximo a publicarse. Ha venido a reiterar su pesar por la desactivación de COFOPRI que él sugirió activar y ha repetido también que “a Lima no le interesa solucionar el problema de ustedes porque son el 2% de la población”. Es decir, un diagnóstico que todos conocemos y que padecemos para encontrar no sólo la solución sino los agentes adecuados para emprenderlo.

Creemos que De Soto tiene razón cuando dice que el gobierno, este y los otros, debe entregar las tierras a los nativos. Ello revela que en este país de discrepancias sin cuento, no todo puede ser desacuerdo. También es coincidente su propuesta de desburocratizar la gestión pública regional o acabar con la pobreza nuestra. Será por estas expresiones que ha encontrado en Iván Vásquez Valera, presidente regional, uno de los políticos que está dispuesto a apoyarlo en la gesta y beneficiar a los amazónicos. Ojalá se abra el debate sobre estos temas puestos en agenda porque la autoridad regional tuvo la iniciativa de invitarlo a Iquitos. Ojalá el mismo no termine con su partida a Lima. Ése es el reto del que lo invitó para que el debate no sea efímero como la lluvia que tanto desconoce el invitado De Soto.